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    Resumen: Alonso, Luciano; El nudo del materialismo histórico. Método científico y teoría de la historia en Karl Marx.

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    Brunn.
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    Resumen: Alonso, Luciano; El nudo del materialismo histórico. Método científico y teoría de la historia en Karl Marx. Empty Resumen: Alonso, Luciano; El nudo del materialismo histórico. Método científico y teoría de la historia en Karl Marx.

    Mensaje  Brunn. Jue Mayo 26, 2011 10:10 pm

    Alonso, Luciano; El nudo del materialismo histórico. Método científico y teoría de la historia en Karl Marx.
    Karl Marx (1818 – 1883), fue el fundador del materialismo histórico en colaboración con Engels.
    1. Cuestiones de método, de la filosofía social a la teoría social.
    Formado en un ambiente intelectual marcado por la obra de Hegel y partícipe de la corriente de los Jóvenes Hegelianos, Marx reconoció en la dialéctica o teoría de los opuestos el método de conocimiento más fructífero. En la concepción hegeliana, la dialéctica aparece como el movimiento en el tiempo, en el cual distintos elementos entran en contradicción unos con otros. Esa contradicción es conflictiva pero a la vez produce una gran unidad entre los términos contrapuestos (uno no existe sin el otro) y su superación genera nuevos elementos. Esquemáticamente eso supone que a cada elemento real o concepto que se afirma como tesis se contrapone otro como antítesis y que la superación de esa contradicción dará lugar a un nuevo elemento o concepto en tanto síntesis.
    Tras su ruptura con el hegelianismo Marx continuó considerando a la dialéctica como la base se una teoría crítica, que permitiría identificar los conflictos de la vida social y develar los aspectos que están ocultos tras lo visible. Marx identifica tres funciones de la crítica:
    a) La apertura del desarrollo hacia el futuro a partir del análisis de lo existente:
    “Sólo queremos encontrar el nuevo mundo a través de la crítica del viejo. Debemos llevar a cabo la critica despiadada de todo lo existente ene l sentido de no temer las consecuencias de la misma y de no temerle al conflicto con aquellos que detentan el poder.”
    b) El develamiento de lo que está oculto tras lo visible y la toma de conciencia de la realidad social:
    “La reforma de la conciencia consiste solamente en hacer que el mundo sea conciente de su propia conciencia. Nuestro objetivo general es darle a los problemas religiosos y filosóficos la forma que le corresponde al hombre, que se ha vuelto conciente de sí mismo.
    c) El vínculo del conocimiento con las luchas y anhelos de un época:
    “La autoconciencia (filosofía crítica) pro parte del presente de sus luchas y deseos, esta es la tarea para el mundo y para nosotros”

    Fue en la primera d sus escuetas Tesis sobre Feuerbach donde presentó una visión antireduccionista del proceso de conocimiento, postulando la relación dialéctica entre sujeto y objeto:
    “La falla fundamental de todo el materialismo precedente (incluyendo el de Feuerbach) reside en que sólo capta la cosa, la realidad, lo sensible, bajo la forma del objeto o de la contemplación, no como actividad humana sensorial, como práctica; no de un modo subjetivo.”
    Lo “material” en Marx no aparece entonces apegado a “las cosas” o a lo inmediatamente sensorial, sino a la dialéctica del sujeto y objeto en lo realmente existente, en la historia efectiva. Postuló un “materialismo moderno” que recibiría más tarde el nombre de materialismo histórico y cuya función principal sería la transformación del mundo existente a través de una actividad crítico-práctica. Así como su planteo podía presentarse como superación (síntesis) de los opuestos representados por el idealismo y el materialismo contemplativo, la noción del a transformación del mundo a través de una praxis revolucionaria supuso a su vez el postulado de la superación de la antítesis entre la acción espiritual de los filósofos y la acción material de las clases sociales. Identificó al naciente proletariado industrial como el sujeto capaz de esa transformación revolucionaria. El modo de conocimiento del mundo que Marx postulaba conducía a interpretar de modo radicalmente distinto lo existente para contribuir a su transformación.
    El fracaso de las revoluciones democráticas y populares de 1848-49 condujo a un replanteamiento de las tareas de Marx y Engels.
    El primer planteo de Marx es la perspectiva de la totalidad, o sea la actitud de concebir cada elemento en función de sus relaciones con otros.
    ¿Pero, cómo puede generarse un conocimiento de la totalidad social que pueda postular la verdad subyacente a lo visible, cuando el mundo se nos presenta a través de esa “visión caótica” como un conglomerado infinito de acontecimientos? En este punto Marx postula un proceso de conocimiento que, partiendo de lo “concreto percibido”, permita formar categorías (conceptos orientadores) para luego volver a lo concreto y analizarlo en sus múltiples relaciones.
    Lo “concreto percibido” es una síntesis de lo concreto realmente existente que se toma como punto de partida para la creación de categorías abstractas. Una vez producida la abstracción, ésta permite ordenar el mundo, reconocer las relaciones entre los elementos y “volver a lo concreto” para dar cuenta de la realidad en una exposición que tiene siempre presente la perspectiva de la totalidad.
    Las categorías simples no pueden reconocerse en lo real más que como “una relación unilateral y abstracta en el seno de un conjunto concreto, vivo y ya dado”. La totalidad concreta es producto de la elaboración de los conceptos partiendo de la percepción y de la intuición.
    Una categoría simple puede expresar tanto relaciones sociales como un conjunto poco desarrollado, como relaciones secundarias de un conjunto muy desarrollado.
    No es el pasado el que explica el presente, sino el presente el que nos da la clave para comprender el pasado.
    En el apartado de la Introducción General reaparecen el problema de la relación sujeto-objeto planteado en la primera Tesis sobre Feuerbach y la relación entre conciencia y existencia expresada en La Ideología Alemana:
    “El sujeto está dado a la vez en la realidad y en la mente. Las categorías expresan por tanto formas y modos de existencia, y con frecuencia simples aspectos de esa sociedad, de este sujeto: desde el punto de vista científico, su existencia es anterior al momento en que se comienza a hablar de ella como tal”.
    Es patente en Karl Marx el intento de mantener a lo largo de sus distintos trabajos la unidad de método:
    “La investigación debe apropiarse de su objeto, analizar sus distintas formas de desarrollo y rastrear su nexo interno. Tan sólo después de consumada esa labor puede exponerse adecuadamente el movimiento real”.
    2. Algunos problemas en torno a la “concepción materialista de la historia”.
    En Marx el método científico es lo que sustenta una visión del desarrollo de las sociedades y de los mecanismos de cambio social que fue denominada por él mismo y por Engels “concepción materialista de la historia”. Se afirmó en un enfoque que partiera de las “premisas reales” de la historia, que serían “los individuos reales, su acción y sus condiciones materiales de vida, tanto aquellos con que se han encontrado como los engendrados por su propia acción”.
    Un elemento esencial de esa concepción fue la noción de que en la historia se sucedían distintos modos de producción. Otro pilar estuvo en la afirmación de que la conciencia humana no podía ser comprendida como un espíritu o idea que se encontrara más allá de toda sociedad o guiara su desarrollo por su propia lógica, sino que por el contrario era en todo momento un producto social, emergente de condiciones específicas de vida. Los hombres moldean su propia historia, pero no la hacen libremente, influidos por condiciones que ellos mismos han elegido, sino bajo las circunstancias con que se tropiezan inexorablemente, que están ahí, transmitidas por el pasado.
    En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias, independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social..
    Reaparece aquí la categoría de “modo de producción” expresado como ”estructura económica de la sociedad” de una forma mucho más escueta que en La Ideología Alemana, pero claramente compuesto por “relaciones de producción” y “fuerzas productivas”. Las “relaciones de producción” expresan los vínculos reales y concretos que los individuos entablan entre sí en el proceso de producción de la vida material. Vínculos que implican posesión y desposesión, propiedad y no propiedad de medios de producción, pero también, necesariamente y como esas mismas palabras lo sugieren, nociones respecto de cómo son y qué suponen esas mismas relaciones. La categoría “fuerzas productivas” refiere a los medios empleados en el proceso de producción, que incluyen instrumentos ,fuerza de trabajo, la tierra y otros bienes naturales cuando corresponde e incluso un cierto estado de la tecnología en función de conocimientos técnicos determinados. Marx establece una “correspondencia” entre relaciones de producción y fuerzas productivas.
    El sistema (o modo) de producción de la vida material condiciona todo el proceso de la vida social, política y espiritual.
    Al llegar a una determinada face de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las condiciones de producción existentes. De formas de desarrollo de estas fuerzas productivas, estas relaciones se truecan en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se transforma toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian estas transformaciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales operados en las condiciones económicas de la producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas y filosóficas, ideológicas en una palabra, en que los hombres cobran conciencia de este conflicto y lo ventilan, luchan por resolverlo.
    El punto de ruptura de una determinada estructura de la sociedad parece derivar de un desarrollo ajeno a las intenciones y deseos de los seres humanos, pero la crisis que surge abre el camino a un período de revolución social, en el cual sí es dable suponer que puede ser relevante la acción de los hombres. Una formación social nunca perece antes de que se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas condiciones de producción antes que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la sociedad antigua.
    El concepto de “formación social” refiere a sociedades históricamente existentes y que por lo tanto no guarda el grado de abstracción de categorías como “modo de producción”, en cada formación social concreta puede identificarse distintos modos de producción, uno de los cuales es hegemónico y caracteriza a esa sociedad.
    Al referirse a la génesis de la producción capitalista, Marx ha dicho que dicha sociedad tiene por base “la separación radical entre el productor y los medios de producción”, y que la base de toda esta evolución es la expropiación de los agricultores. Consideraba una inevitabilidad histórica: la formación de un nuevo tipo de sociedad poscapitalista en el cual desaparecieran los antagonismos de clase, que identificó con el comunismo. El elemento central de esa certeza era la constatación de que el capitalismo posibilita un desarrollo de las fuerzas productivas capaz de superar la escases y brindar a todos los seres humanos la oportunidad de su libre realización en tanto individuos, pero que al mismo tiempo la irracionalidad del modo de producción capitalista que constantemente tiende a las crisis y el antagonismo de intereses sociales llevan su inevitable reemplazo por otro más justo y racional.
    La obra de Karl Marx no constituye un “sistema” coherente, cerrado y fijo a la manera de Hegel, sino que está conformada por una multiplicidad de núcleos teóricos, problemáticas, metodologías y resultados a lo largo de todos sus escritos.












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