Benveniste: “Problemas de lingüística general”
1- ESTRUCTURA DE LAS RELACIONES DE PERSONA EN EL VERBO
El verbo es, junto con el pronombre, la única especie de palabras sometida a la categoría de persona. Siempre hay tres personas, pero hay que averiguar cómo se opone cada una de ellas a las otras. Una teoría lingüística de la persona verbal no puede constituirse más que sobre el fundamento de las oposiciones que diferencian las personas. Así, “YO” designa al que habla, diciendo “YO” no puedo no hablar de mi. “TÚ” es necesariamente designado por “YO”, y no puede ser pensado fuera de la situación planteada por “YO”. Pero la 3era persona trae un enunciado sobre alguien o algo, mas no referido a una “persona” específica. Así, la 3ra persona es una “No-persona”.
CARACTERÍSTICAS DE “YO” Y “TU”
1) Unicidad específica: El “YO” es el que enuncia, el “TU” es a quien el “YO” se dirige, y son cada vez únicos. Pero “Él” puede ser una infinidad de sujetos o ninguno.
2) Inversibilidad: Aquél que “YO” define como “TÚ” puede pensarse e invertirse a “YO”, y el otro pasar a ser “TÚ”. Nada de esto puede suceder con “ÉL”, puesto que él en sí designa específicamente nada y nadie
Por no poseer marca de persona, la 3ra no puede despersonalizarse. Puede adoptar cualquier sujeto o ninguno, y este sujeto jamás es planteado como “persona”. Así, las dos primeras personas se diferencian de la tercera porque poseen marca de persona (Correlación de personalidad)
A la pareja “YO/TÚ” Pertenece la correlación de subjetividad. Lo que diferencia a “YO” de “TÚ” es el hecho de ser, en el caso de “YO”, interior al enunciado y exterior a “TÚ”
Entonces:
“YO”-> Persona subjetiva
“TÚ”-> Persona no subjetiva (Pues el YO es interior y trascendente, y el TÚ exterior y secundario)
“ÉL” -> No-persona
“Nosotros” es una unión entre el “YO” y los “No-YO”, no una acumulación de “YO” puesto que esto no existe. En “Nosotros”, el “YO” trasciende siempre y es su elemento constitutivo
2 – LA NATURALEZA DE LOS PRONOMBRES
(Recordatorio: Pronombres personales: Yo, tú él, nosotros, vosotros y ellos
Pronombres demostrativos: éste, aquél, eso
Pronombres interrogativos: quién, qué, cuál)
Los pronombres no constituyen una clase unitaria, sino especies diferentes según el modo de lengua del que sean signos. Algunos pertenecen a la sintaxis de la lengua, y otros a “Instancias del discurso” (actos en que la lengua se actualiza a merced de la palabra del locutor.
Así, “YO” y “TÚ” dan lugar a indicadores que se unen a ellos (pronombres, adverbios). Lo esencial es la relación entre el indicador y la PRESENTE instancia del discurso: No remiten a la realidad ni a posiciones objetivas en el espacio o el tiempo, sino a la enunciación que las contiene.
Los pronombres de 3ra persona son diferentes de los de la 1era y la 2da, puesto que al no incluir la correlación de persona, constituyen el modo de enunciación para instancias del discurso que no deben remitir a ellas mismas, sino que predican el proceso de no importa quién o no importa qué, pudiendo siempre estar provisto de una referencia objetiva.
Entonces, encontramos como distintivos de la 3ra persona:
1) combinarse con no importa qué referencia de objeto
2) No ser reflexiva en las instancias del discurso.
3) Disponer de muchas variantes de pronombres
4) Incompatibilidad con los términos referenciales, como “aquí” y “ahora”
3- DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE
Suele tratarse al lenguaje como un instrumento de comunicación, porque es de hecho así empleado, y porque se evidencian disposiciones tales para que así sea. Pero en realidad, no es un instrumento, puesto que es innato y no una creación del hombre.
Es en el lenguaje y por él como el hombre se constituye como sujeto, puesto que el lenguaje funda en su realidad (la del ser) el concepto de “Ego”.
La Subjetividad es la capacidad del locutor de plantearse como sujeto. Se define no por el sentimiento de ser él mismo sino como unidad psíquica que trasciende la totalidad de las experiencias vividas que reúne, y que asegura la permanencia de la conciencia
Es EGO quien se dice EGO. La conciencia de sí mismo se adquiere por contraste, pero no existe simetría: “YO” tiene trascendencia respecto al “TÚ”, pero son complementarios y no pueden concebirse uno sin el otro (complementarios según una oposición INTERIOR/EXTERIOR Y NO INDIVIDUO/SOCIEDAD). Por ello, no se concibe una lengua sin expresión de persona, ni sin tiempos lingüísticos (pasado, presente y futuro) interiores a la subjetividad, puesto que el tiempo lingüístico es sui-referencial, siendo siempre la línea divisoria una referencia al presente.
El lenguaje crea categorías vacías, que cada locutor llena, definiendo al “YO” y al “TÚ”. Es entonces la subjetividad en el lenguaje la que crea la categoría de persona. El sujeto se realiza en el discurso.
El caso de las emisiones realizativas se demuestra que expresiones con un mismo verbo adquieren un valor diferente según sean asumidas por un sujeto o puestos fuera de la persona. Esto es una consecuencia de que la instancia de discurso plantee el acto al mismo tiempo que funda al sujeto
4- EL LENGUAJE Y LA EXPERIENCIA HUMANA
En este capítulo se intenta aclarar dos categorías fundamentales del discurso: la de persona y la de tiempo. El acto de discurso en que se enuncia un “YO” es siempre nuevo, porque el locutor está inserto en una situación y un tiempo diferente. Respecto al espacio, el “YO” se pone como punto de referencia, indica la posición de los objetos en función de la propia.
Hay tres tipos de tiempos:
1- TIEMPO FÍSICO: Continuo, uniforme, infinito. Es variable respecto a la percepción del individuo (tiempo psíquico)
2- TIEMPO CRÓNICO: Tiempo del calendario, como sucesión de aconteceres. Partiendo de un momento de gran importancia histórica (condición estativa), respecto del que se establece el antes y el después (condición directiva), y que cuenta con un repertorio de unidades de medida, como día, mes, año (condición mensurativa).
3- TIEMPO LINGUISTICO: Tiene su centro en el presente del discurso. El presente se reinventa cada vez que el locutor habla. Este presente estará en el acto de habla, pero cuando haya que referirse más allá del ayer y el mañana, o cuando se trate de un texto, se requerirán referencias al tiempo crónico.
5 - EL APARATO FORMAL DE LA ENUNCIACIÓN
La enunciación es poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización. Es el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado. El locutor toma la lengua por instrumento, y determina los caracteres lingüísticos de la enunciación. Es la conversión de la lengua en discurso. Puede definirse como un proceso de apropiación: el locutor se apropia del aparato formal de la lengua y enuncia su posición de locutor al tiempo que establece su subjetividad.
El proceso de la enunciación puede estudiarse de 3 modos principales:
1- COMO REALIZACIÓN VOCAL DE LA LENGUA: Los sonidos emitidos/recibidos proceden de actos individuales. El lingüista procurará eliminar los rasgos individuales de la enunciación fonética recurriendo a sujetos diferentes, a fin de obtener una imagen media de los sonidos.
2- COMO CONVERSIÓN INDIVIDUAL DE LA LENGUA EN DISCURSO: Ver como el “sentido” de la enunciación se forma en palabras; en qué medida pueden distinguirse las dos nociones y cómo describir su interacción. En definitiva, trata de la semantización de la lengua
3- EN EL MARCO FORMAL DE SU REALIZACIÓN (Éste es el modo que emplea en este estudio): Es la búsqueda de los caracteres formales de la enunciación a partir de la manifestación individual que la actualiza. Consideramos el acto mismo, las situaciones donde se realiza y los instrumentos que la consuman.
Antes de la enunciación, la lengua no es más que posibilidad de lengua. Luego de que un locutor se la apropia y constituye una enunciación, se constituye en discurso, y emana de él en forma sonora, esperando otra enunciación a cambio.
La presencia de un locutor en el discurso hace que cada instancia constituya un CENTRO DE REFERENCIA INTERNA:
1- INDICIOS DE PERSONA (relación yo-tú)
2- OSTENCIÓN: Gesto ¬y término, que implica la posición de algo respecto a la del EGO
3- INDIVIDUOS LINGÜÍSTICOS: Son enunciados por pronombres personales, y nacen de una enunciación, son producidos cada vez por el discurso.
4- FORMAS TEMPORALES: La temporalidad es un marco innato del pensamiento. Es producida en la realidad de la enunciación. Procede de la instalación de la categoría de presente, y de ella nace la categoría de tiempo.
Así, la enunciación es directamente responsable de la existencia de ciertas clases de signos. Además, ni bien un locutor se sirve de ellas para influir sobre un alocutario, se encuentra con las FUNCIONES:
1- INTERROGACIÓN: Enunciación construida para suscitar una respuesta
2- INTIMACIÓN: Órdenes, llamados, que implican imperativo y vocativo
3- ASERCIÓN: Apunta a comunicar una certidumbre. Es la manifestación más común de la presencia del locutor en la enunciación.
4- COMUNIÓN FÁTICA: Simple intercambio de palabras, sin reflexión, sólo para “ser amistoso”
La enunciación se caracteriza por la acentuación de la relación discursiva al interlocutor. Esto lleva a que la enunciación plantee dos figuras, igualmente necesarias, respectivamente fuente y meta de la enunciación. Es la estructura del diálogo. El monólogo también procede de la enunciación: es un diálogo interiorizado, formulado en lenguaje interior, entre un YO locutor y un YO que escucha.
BAJTIN: “El problema de los géneros discursivos”
1 – PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y DEFINICIÓN DE GÉNERO DISCURSIVO
El uso de la lengua se lleva a cabo en forma de enunciados concretos y singulares que pertenecen a una u otra esfera de la praxis humana. El contenido temático, el estilo y la composición están vinculados indisolublemente en el enunciado. Cada enunciado separado es individual, pero cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados. Desde ahora los llamaremos GÉNEROS DISCURSIVOS.
Históricamente, se han estudiado los géneros literarios. El problema lingüístico general del enunciado y sus tipos casi no se ha tomado en cuenta. Se han estudiado también los géneros discursivos más simples (lo han hecho los saussureanos y los conductistas, entre otros), pero no se ha logrado una definición concreta de la naturaleza lingüística común de todos los enunciados.
Debemos primero, establecer esta diferencia:
1- GÉNEROS DISCURSIVOS PRIMARIOS: Son aquellos que se emplean en la conversación cotidiana inmediata
2- GÉNEROS DISCURSIVOS SECUNDARIOS: Son más complejos (novelas, dramas, escritos científicos, investigaciones periodísticas), y apuntan a una comunicación más cultural y organizada. Estos géneros se forman absorbiendo géneros primarios, haciendo que pierdan su relación inmediata con la realidad y con los enunciados reales de otros.
Estos primera división entre géneros es muy marcada, pero no podemos reducir el estudio a uno solo de ellos. El lenguaje participa en nuestra vida a través de los enunciados, y la simplificación no llevaría a comprender la naturaleza misma de éstos.
La estilística
Todo estilo está indisolublemente vinculado con el enunciado y con sus formas típicas, es decir con los géneros discursivos. Todo enunciado es individual y por lo tanto puede reflejar la individualidad del hablante. Pero no todos los géneros son igualmente susceptibles a semejante reflejo. Los más abiertos a esto son los literarios, los mas cerrados son aquellos que requieren formas estandarizadas.
La estilística como disciplina independiente es posible y necesaria, pero requiere una base aun inexistente: la de la clasificación general de los estilos de la lengua.
Los cambios históricos en los estilos están vinculados siempre a los cambios de los géneros discursivos. Los enunciados y los géneros discursivos son correas de transmisión entre la historia de la sociedad y la historia de la lengua. En cada época, los géneros discursivos están relacionados con los nuevos procedimientos para estructurar un discurso, concluirlo, para tomar en cuenta al oyente, etc, lo cual lleva a una total reestructuración y renovación de los géneros. Donde existe un estilo, existe un género.
La gramática difiere considerablemente de la estilística, pero ninguna investigación sobre gramática puede prescindir de las observaciones estilísticas. La misma SELECCIÓN de una forma gramatical por el hablante es un acto de estilística.
2-EL ENUNCIADO COMO UNIDAD DE LA COMUNICACIÓN DISCURSIVA, Y DIFERENCIA CON LAS UNIDADES DE LA LENGUA (PALABRA Y ORACIÓN)
El lenguaje se deduce de la necesidad del hombre de objetivarse a si mismo. La esencia del lenguaje se restringe a la creatividad espiritual del individuo.
Históricamente, el estudio de la comunicación siempre se realizó desde el punto de vista del hablante (Saussure), incluyendo un oyente siempre pasivo que sólo busca comprender lo que el hablante enuncia. En la realidad, este oyente es activo, toma siempre una postura frente al discurso y se prepara para la acción. El mismo hablante no espera un oyente pasivo, sino que busca contestación, consentimiento, objeción, etc.
La abstracción de las teorías antes mencionadas es justificada, pero debe recordarse que es una abstracción y no la totalidad del discurso.
Por otra parte, la falta de definición suficiente del término “discurso” colabora con los reduccionismos, y esto se debe al menosprecio de la unidad real del discurso, que es el enunciado, en favor de otras unidades como la oración, típicamente gramaticales.
DIFERENCIAS ENTRE ORACIÓN Y ENUNCIADO
El enunciado elicita una respuesta en el otro; la oración no: no es propia de nadie, es simplemente una unidad lingüística que termina en un punto.
PROPIEDADES DEL ENUNCIADO
1- CONCLUSIVIDAD ESPECÍFICA: El enunciado termina por algo: para ceder la palabra a otro, o porque se ha agotado su sentido. Un enunciado no es una unidad convencional sino real, delimitada con precisión por el cambio de los sujetos discursivos. La oración, en cambio, no se relaciona con el contexto de la realidad extraverbal, excepto cuando forma parte de un enunciado concreto. Es una expresión vacía, que simplemente posee un significado formal pero que el individuo utiliza por su carácter flexible. No posee plenitud de sentido.
2- FORMA GENÉRICA ESTABLE: La voluntad discursiva del hablante se realiza en la elección de un género discursivo determinado. La elección se define por su especificidad en la esfera dada, por las consideraciones temáticas, por la situación, por los participantes de la comunicación, etc. Poseemos un rico repertorio de géneros discursivos, que nos son dados casi como se nos da la lengua materna, que dominamos libremente antes del estudio teórico.
3- ENTONACIÓN EXPRESIVA: Toda una serie de géneros en la vida cotidiana son tan estandarizados que la voluntad discursiva individual se manifiesta únicamente en la selección del género y en la entonación expresiva. Se emplean diversos tonos de voz para que la intención del enunciado se cumpla. La entonación expresiva es un rasgo constitutivo del enunciado. No existe dentro del sistema de la lengua. Tanto la palabra como la oración, siendo unidades de la lengua, carecen de entonación expresiva. Así, la emotividad, la evaluación, la expresividad no son propias de la palabra en tanto que unidad de lengua: se generan sólo en el proceso de un enunciado concreto.
Cualquier palabra es percibida por el hablante en 3 aspectos: como palabra neutra de la lengua; como palabra ajena en los enunciados de otros, y como palabra propia en la enunciación personal.
4- ORIENTACIÓN: Todo enunciado está destinado hacia alguien. A diferencia de la oración y la palabra que son impersonales, el enunciado tiene autor y destinatario, que puede ser un individuo, un grupo o incluso uno mismo. Al construir mi enunciado, yo trato de determinarlo de una manera activa; de adivinar la contestación, tomar en cuenta los pensamientos, ideologías y simpatías del receptor, y todo esto influirá en mi discurso, tanto como en la respuesta que reciba.
Cros: El sujeto cultural: de Benveniste a Jacques Lacan
La cultura puede definirse como el espacio ideológico cuya función consiste en enraizar una colectividad en la conciencia de su propia identidad. La cultura sólo existe en la medida en que se diferencia de otras. Funciona como una memoria colectiva que sirve de referencia, y por esto es vivida como una garante de la fidelidad que el sujeto colectivo debe observar para con la imagen de sí mismo. La subjetividad está forzada a sumergirse en la misma representación colectiva que la aliena. La cultura no es una idea abstracta, sólo existe a través de sus manifestaciones concretas, a saber:
1. El lenguaje y las diversas prácticas discursivas
2. Un conjunto de instituciones y prácticas sociales
3. Su particular manera de reproducirse en todos los sujetos, conservando sin embargo idénticas formas en toda cultura
El sujeto puede haber interiorizado en mayor o menor medida su propia cultura, pero no puede ejercer ningún tipo de acción sobre ella. La cultura, como bien simbólico colectivo, existe precisamente porque es compartida colectivamente
Por sujeto cultural, entendemos a una instancia que integra a todos los individuos de una misma colectividad, y cuya función es integrar a todos los individuos en un mismo conjunto, al mismo tiempo que remite a cada uno a su posición de clase. Sujeto cultural encierra entonces:
1. Una instancia de discurso ocupada por “Yo”
2. La emergencia y el funcionamiento de la subjetividad
3. Un sujeto colectivo
4. Un proceso de sumisión ideológica.
DEL ADVENIMIENTO DEL SUJETO
Para Benveniste, la única realidad a la que remite el yo es la realidad del discurso, siendo “yo” una forma vacía que espera ser investida en la instancia del discurso. Cuando el sujeto se instala en esta estructura las formas hablan por él. Esta idea de la subjetividad como producto del lenguaje implica una separación entre el sujeto que habla y el sujeto hablado. El analista debe considerar el discurso del paciente analizado como sustituto de otro lenguaje que posee sus reglas, sus símbolos y su sintaxis propios que remiten a las estructuras más profundas del psiquismo.
Benveniste concibe también una distinción entre la lengua y el habla, siendo que el individuo se constituye subjetivamente utilizando la lengua a través del habla. Este autor juzga pertinente la analogía que Freud establece entre los símbolos del sueño y lo que él llama “imágenes inconscientes”, perceptibles también en todas las representaciones colectivas populares (mitos, leyendas, proverbios, juegos de palabras.
Estas afirmaciones de Benveniste coinciden también con la afirmación de Lacan de que el ICC está estructurado como un lenguaje. Lacan indica que el ICC emplea una retórica, empleando metáfora, metonimia y sinécdoque, recursos que conllevan a la vez la dificultad de su interpretación. Es, en la medida en que no sabe lo que dice, que el sujeto está escindido. El sujeto transcribe en sus expresiones lingüísticas las particularidades de su inserción socio-económica y socio-cultural, sin que el sujeto tome conciencia de ellas ni que las reprima. Al hablar, el sujeto dice siempre más de lo que dice y cree decir. El sujeto de deseo está doblemente amordazado: por una instancia que rige una red de valores sociales, y de paradigmas éticos agazapada tras los señuelos de la subjetividad.
LA ALIENACIÓN
El signo convoca a la realidad, y la realidad se desvanece en el signo en beneficio de su representación. Lo mismo le ocurre al sujeto, que sólo figura a través de una división entre la autenticidad de su ser y el símbolo que lo representa. El sujeto no habla, es hablado en su discurso sin que él lo sepa. Cuando el sujeto se constituye en el lenguaje, es atrapado en una red de signos organizada (Cultura), regida a la vez por lo que se llama sujeto cultural. La verdad del ser solo puede emerger en la enunciación: debemos buscar en ella la presencia del ICC.
Existen incluso enunciaciones que emplean formas impersonales y que quitan todo rasgo de subjetividad (la Doxa, los ideologémas) que representan los estratos más visibles regidos por el sujeto cultural. El YO le ha cecidosu sitio a ELLOS, las fuerzas dominantes, los ausentes.
Tras la máscara de la subjetividad se ve entonces operar al discurso del sujeto cultural. Ese sujeto cultural dicta pautas de conducta, designa paradigmas, recuerda verdades de la fe o de la experiencia. De este modo intenta eliminar al sujeto del deseo. El sujeto no se identifica con el modelo cultural: es ese modelo cultural lo que lo hace emerger como sujeto.
Cros plantea por hipótesis que sujeto cultural y ego surgen al mismo tiempo. Para Lacan, la identificación imaginaria es lo que determina la estructura del ego. El ego se forma a partir de la imagen del otro. La imagen del niño en el espejo y la imagen del otro constituyen una sola instancia: el YO ideal, conformado por el sujeto cultural, que opera como mediador entre el ego y el semejante. La realización, el propio reconocimiento y la identificación con la imagen del otro, constituye la realización del propio deseo.
Voloshinov: “Freudismo, un bosquejo crítico” (El de la palabra “BIEN”)
Está claro que el discurso no es autosuficiente. Recibe su forma de la vida misma, y no se lo puede separar de ella sin que pierda su sentido. No hay juicio de valor posible fuera del contexto del discurso. Si lo aislamos como fenómeno lingüístico, no puede ser verdadero o falso, osado o tímido, etc.
Si, por ejemplo, tenemos dos personas sentadas en una habitación, y una le dice a la otra “bien”, nosotros nada podremos comprender el sentido del mensaje, ni siquiera aunque hagamos un completo análisis lingüístico formal. Si conociéramos la entonación, el vacío se llenaría un poco pero el significado no se revelaría del todo. Lo que nos falta es el contexto extraverbal, compuesto por tres factores:
1) El campo espacial común de los interlocutores
2) El conocimiento y la comprensión de la situación compartidos por los interlocutores
3) Su evaluación común de esa situación
El contexto extraverbal está lejos de ser sólo la causa externa del enunciado. La situación entra en el enunciado como una parte constitutiva esencial de la estructura del significado. En consecuencia, un enunciado comprende dos partes:
1) La parte realizada (o actualizada en palabras)
2) La parte presupuesta.
Solamente se puede convertir en la parte presupuesta de una manifestación verbal lo que saben, ven, aman, reconocen todos los locutores: los puntos en los cuales todos ellos están unidos. Este fenómeno se debe mayormente en la unidad material del mundo que entra en el campo del locutor y en la unidad de las condiciones reales de la vida, que genera una comunidad de juicios de valor. Cuanto más amplio es el campo global y su grupo social correspondiente, más constantes serán los factores presupuestos del enunciado.
La entonación solo puede ser entendida cuando entra en contacto con los juicios de valor presupuestos del grupo social. Está siempre en el límite de lo verbal y lo no verbal, lo dicho y lo no dicho. El carácter común de los juicios de valor básicos constituye la tela en la cual el habla humana borda los dibujos de la entonación.
En general, la entonación es mucho más metafórica que las palabras. La entonación hace que parezca que el mundo que rodea al locutor está lleno de fuerzas animadas.
Una entonación se orienta en dos direcciones: al oyente como aliado y testigo, y con respecto al objeto del enunciado como tercer participante. De aquí que cualquier enunciado es la expresión y el producto de la interacción social de 3 participantes: el locutor, el oyente y el tema. El discurso es un hecho social, y no es posible derivarlo de la sola conciencia subjetiva del locutor.
¿En qué difiere una manifestación verbal artística (poesía), de un enunciado de la vida cotidiana?
Una obra poética no puede basarse en objetos del ambiente inmediato como cosas sobreentendidas, sin aludir a ellas en el plano verbal. En la obra poética no se debe dejar nada sin decir desde el punto de vista referencial pragmático.
En toda la literatura, los juicios de valor presupuestos desempeñan un papel muy importante. Una obra poética es un poderoso condensador de evaluaciones sociales no articuladas: en prrmer lugar, los juicios de valor determinan la selección de las palabras, y su recepción por parte del oyente, pues el poeta elige las palabras del contexto de la vida, en el que ellas han quedado impregnadas de juicios de valor. Se puede decir que el poeta trabaja constantemente en conjunción con la simpatía o antipatía, el acuerdo o el desacuerdo de su oyente.
Jackobson: “Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de trastornos afásicos”
1-LA AFASIA COMO PROBLEMA LINGÜÍSTICO
Si la afasia es una perturbación del lenguaje, se deduce que todas las descripciones y clasificaciones de ellas deben comenzar por saber qué aspectos del lenguaje se alteran en las diferentes especies de tales desórdenes. Para estudiar toda ruptura en las comunicaciones, debemos comenzar por comprender la naturaleza y la estructura del modo particular de la comunicación que ha dejado de funcionar
2-EL DOBLE CARÁCTER DEL LENGUAJE
Hablar implica la selección (La selección entre términos alternativos implica la posibilidad de sustituir un término por otro, equivalente bajo un aspecto y diferente bajo otro. En efecto, selección y sustitución son dos aspectos de una misma operación) y combinación (todo signo está compuesto de signos constituyentes y/o aparece en combinación con otros signos. Combinación y contexto son los dos aspectos de una misma operación). Pero el locutor no es completamente libre en la elección de palabras: la selección debe hacerse a partir del tesoro léxico que tanto él como el destinatario poseen en común. Así, para ser eficiente, el acto de habla exige la utilización de un código común entre aquellos que participan. La concurrencia de entidades simultáneas y la concatenación de entidades sucesivas son las dos maneras en que combinamos los constituyentes lingüísticos.
3 – LA PERTURBACIÓN DE LA SIMILITUD
Las perturbaciones del habla pueden afectar la capacidad del individuo para combinar y seleccionar las unidades lingüísticas, y como primera cuestión debemos saber cuál de estas 2 operaciones está afectada en los diversos tipos de afasia.
Para los afásicos con deficiencia en la selección y sustitución, el contexto constituye un factor indispensable y decisivo. Continúan con facilidad una conversación pero les cuesta mantener un diálogo. Cuanto más sus palabras dependan del contexto, más fácilmente emergerán. No podrán decir “llueve”, a menos que vean que realmente llueve. Los afásicos de este tipo tienden a reemplazar el nombre de un objeto por uno un tanto más determinado, en tanto la función que está cumpliendo o su orientación en el contexto. Así, “cuchillo” puede aparecer como sacapuntas, pela manzanas, cubierto, cuchillo para pan, pero nunca como simplemente “cuchillo”
Asimismo, si la capacidad de selección está dañada pero no la de combinación, la contigüidad determinará el comportamiento verbal, y podremos percibir esta afasia como perturbación de la similitud
4 – LA PERTURBACIÓN DE LA CONTIGÜIDAD
Para los afásicos con deficiencia en la combinación y el contexto, la extensión y variedad de las frases disminuye. Las palabras dotadas de funciones puramente gramaticales, como proposiciones, pronombres y articulaciones desaparecen, para dar origen a un estilo “telegráfico. Cuanto menos una palabra depende gramaticalmente del contexto, más fuertemente persiste en el discurso de los afásicos de este tipo. En una fase avanzada, cada enunciado queda reducido a una sola palabra
5 – LOS POLOS METAFÓRICO Y METONÍMICO
En toda afasia, la metáfora o la metonimia están disminuidos o totalmente bloqueados. En ciertos casos, se puede colegir porqué resultó dañado uno u otro aspecto, según las características psicológicas del individuo: por ejemplo, se ha visto el caso de un escritor al que se le dañó la capacidad metonímica, y antes de eso él tenía una gran preferencia por este recurso
Lakoff y Johnson: “Metáforas de la vida cotidiana”
1- LOS CONCEPTOS MEDIANTE LOS QUE VIVIMOS
Para la mayoría de la gente, la metáfora es un recurso de la imaginación poética, una cuestión de lenguaje extraordinario más que ordinario. Por eso, la gente piensa que puede arreglárselas perfectamente sin metáforas. Pero los autores concluyeron que la metáfora impregna la vida cotidiana, incluyendo el pensamiento y la acción. Nuestro sistema conceptual ordinario, mediante el cual pensamos y actuamos es fundamentalmente de naturaleza metafórica. Por ejemplo, si hablamos acerca de una discusión, metafóricamente hablamos con términos de guerra (destruí su discurso; sus afirmaciones son indefendibles, mis críticas dieron justo en el blanco). Esto se debe en parte a que realmente podemos ganar o perder en las discusiones. La esencia de la metáfora es entender un tipo de cosa en términos de otra. De este funcionamiento metafórico de nuestro sistema conceptual raramente somos conscientes.
2- LA SISTEMATICIDAD DE LOS CONCEPTOS METAFÓRICOS
Que conceptualicemos las discusiones como batallas influye sistemáticamente en la forma que adoptan las discusiones, y la manera en que hablamos acerca de lo que hacemos al discutir. Como el concepto metafórico es sistemático, el lenguaje que usamos para hablar sobre ese aspecto del concepto es también sistemático.
“el tiempo es dinero”, “el tiempo es un recurso limitado” y “el tiempo es un objeto valioso” son conceptos metafóricos que constituyen un sistema único basado en la subcategorización, ya que en nuestra sociedad el dinero es limitado y los recursos limitados son valiosos. Esto implica que cuando hablemos sobre cuestiones de tiempo o de dinero, utilizaremos conceptos referidos al dinero (gastar, invertir), otros a recursos limitados (usar, agotar, terminar) y otros a cosas valiosas (tener, dar, perder).
3 – METONIMIA
En la metonimia, se usa una entidad para referirse a otras. Metáfora y metonimia son procesos diferentes: la metáfora es fundamentalmente una manera de concebir una cosa en términos de otra, y su función principal es la comprensión. La metonimia tiene como principal la función referencial; nos permite emplear una entidad por otra, pero también desempeña la función de proporcionarnos comprensión. La metonimia ejerce algunas de las funciones que desempeña la metáfora, pero nos permite centrarnos más específicamente en algunos aspectos de aquello a lo que se refiere. Los conceptos metonímicos son también parte de la forma cotidiana en que pensamos, actuamos y hablamos (me compre un picasso, el senado piensa que el aborto es inmoral, etc)
Todorov: “Sinécdoques”
A los modos de ordenamiento planteados por Jackobson (combinación y selección) añade la sinécdoque: como una palabra puede tener varios sentidos, tomo uno de ellos como más importante.
Nietzche afirma que actualmente todo el lenguaje es metafórico. La palabra (el concepto)
no designa un hecho o un fenómeno sino mediante la abstracción omitiendo muchos de sus
rasgos. Todo concepto nace de la identificación de lo idéntico. Pero esta identificación de la
parte con el todo es una figura: la sinécdoque. Para Nieztche el hombre es un animal metafórico y afirma que no es necesario suprimir las metáforas en la búsqueda de la verdad.
Se puede analizar la sinécdoque si se toma como verdadero el principio de que es
posible descomponer una palabra en el plano semántico. Esta descomposición puede ser de
dos tipos: conjuntivo y material, o disyuntivo y conceptual. La sinécdoque consiste en emplear
la palabra en un sentido que es una parte de otro sentido de la misma palabra según uno u otro
tipo de descomposición.
La metáfora es una doble sinécdoque. En la metáfora todo ocurre como si un sentido
intermedio hubiera funcionado como sinécdoque de uno y otro. La metonimia es una doble
sinécdoque pero de sentido contrario: es simétrica e inversa a la metáfora. Aquí cada uno de
los 2 sentidos funciona como la sinécdoque de un 3er sentido que las engloba
Autor: Guillermo Alfonso
Esta es la parte 2, parte uno
ACÁ
1- ESTRUCTURA DE LAS RELACIONES DE PERSONA EN EL VERBO
El verbo es, junto con el pronombre, la única especie de palabras sometida a la categoría de persona. Siempre hay tres personas, pero hay que averiguar cómo se opone cada una de ellas a las otras. Una teoría lingüística de la persona verbal no puede constituirse más que sobre el fundamento de las oposiciones que diferencian las personas. Así, “YO” designa al que habla, diciendo “YO” no puedo no hablar de mi. “TÚ” es necesariamente designado por “YO”, y no puede ser pensado fuera de la situación planteada por “YO”. Pero la 3era persona trae un enunciado sobre alguien o algo, mas no referido a una “persona” específica. Así, la 3ra persona es una “No-persona”.
CARACTERÍSTICAS DE “YO” Y “TU”
1) Unicidad específica: El “YO” es el que enuncia, el “TU” es a quien el “YO” se dirige, y son cada vez únicos. Pero “Él” puede ser una infinidad de sujetos o ninguno.
2) Inversibilidad: Aquél que “YO” define como “TÚ” puede pensarse e invertirse a “YO”, y el otro pasar a ser “TÚ”. Nada de esto puede suceder con “ÉL”, puesto que él en sí designa específicamente nada y nadie
Por no poseer marca de persona, la 3ra no puede despersonalizarse. Puede adoptar cualquier sujeto o ninguno, y este sujeto jamás es planteado como “persona”. Así, las dos primeras personas se diferencian de la tercera porque poseen marca de persona (Correlación de personalidad)
A la pareja “YO/TÚ” Pertenece la correlación de subjetividad. Lo que diferencia a “YO” de “TÚ” es el hecho de ser, en el caso de “YO”, interior al enunciado y exterior a “TÚ”
Entonces:
“YO”-> Persona subjetiva
“TÚ”-> Persona no subjetiva (Pues el YO es interior y trascendente, y el TÚ exterior y secundario)
“ÉL” -> No-persona
“Nosotros” es una unión entre el “YO” y los “No-YO”, no una acumulación de “YO” puesto que esto no existe. En “Nosotros”, el “YO” trasciende siempre y es su elemento constitutivo
2 – LA NATURALEZA DE LOS PRONOMBRES
(Recordatorio: Pronombres personales: Yo, tú él, nosotros, vosotros y ellos
Pronombres demostrativos: éste, aquél, eso
Pronombres interrogativos: quién, qué, cuál)
Los pronombres no constituyen una clase unitaria, sino especies diferentes según el modo de lengua del que sean signos. Algunos pertenecen a la sintaxis de la lengua, y otros a “Instancias del discurso” (actos en que la lengua se actualiza a merced de la palabra del locutor.
Así, “YO” y “TÚ” dan lugar a indicadores que se unen a ellos (pronombres, adverbios). Lo esencial es la relación entre el indicador y la PRESENTE instancia del discurso: No remiten a la realidad ni a posiciones objetivas en el espacio o el tiempo, sino a la enunciación que las contiene.
Los pronombres de 3ra persona son diferentes de los de la 1era y la 2da, puesto que al no incluir la correlación de persona, constituyen el modo de enunciación para instancias del discurso que no deben remitir a ellas mismas, sino que predican el proceso de no importa quién o no importa qué, pudiendo siempre estar provisto de una referencia objetiva.
Entonces, encontramos como distintivos de la 3ra persona:
1) combinarse con no importa qué referencia de objeto
2) No ser reflexiva en las instancias del discurso.
3) Disponer de muchas variantes de pronombres
4) Incompatibilidad con los términos referenciales, como “aquí” y “ahora”
3- DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE
Suele tratarse al lenguaje como un instrumento de comunicación, porque es de hecho así empleado, y porque se evidencian disposiciones tales para que así sea. Pero en realidad, no es un instrumento, puesto que es innato y no una creación del hombre.
Es en el lenguaje y por él como el hombre se constituye como sujeto, puesto que el lenguaje funda en su realidad (la del ser) el concepto de “Ego”.
La Subjetividad es la capacidad del locutor de plantearse como sujeto. Se define no por el sentimiento de ser él mismo sino como unidad psíquica que trasciende la totalidad de las experiencias vividas que reúne, y que asegura la permanencia de la conciencia
Es EGO quien se dice EGO. La conciencia de sí mismo se adquiere por contraste, pero no existe simetría: “YO” tiene trascendencia respecto al “TÚ”, pero son complementarios y no pueden concebirse uno sin el otro (complementarios según una oposición INTERIOR/EXTERIOR Y NO INDIVIDUO/SOCIEDAD). Por ello, no se concibe una lengua sin expresión de persona, ni sin tiempos lingüísticos (pasado, presente y futuro) interiores a la subjetividad, puesto que el tiempo lingüístico es sui-referencial, siendo siempre la línea divisoria una referencia al presente.
El lenguaje crea categorías vacías, que cada locutor llena, definiendo al “YO” y al “TÚ”. Es entonces la subjetividad en el lenguaje la que crea la categoría de persona. El sujeto se realiza en el discurso.
El caso de las emisiones realizativas se demuestra que expresiones con un mismo verbo adquieren un valor diferente según sean asumidas por un sujeto o puestos fuera de la persona. Esto es una consecuencia de que la instancia de discurso plantee el acto al mismo tiempo que funda al sujeto
4- EL LENGUAJE Y LA EXPERIENCIA HUMANA
En este capítulo se intenta aclarar dos categorías fundamentales del discurso: la de persona y la de tiempo. El acto de discurso en que se enuncia un “YO” es siempre nuevo, porque el locutor está inserto en una situación y un tiempo diferente. Respecto al espacio, el “YO” se pone como punto de referencia, indica la posición de los objetos en función de la propia.
Hay tres tipos de tiempos:
1- TIEMPO FÍSICO: Continuo, uniforme, infinito. Es variable respecto a la percepción del individuo (tiempo psíquico)
2- TIEMPO CRÓNICO: Tiempo del calendario, como sucesión de aconteceres. Partiendo de un momento de gran importancia histórica (condición estativa), respecto del que se establece el antes y el después (condición directiva), y que cuenta con un repertorio de unidades de medida, como día, mes, año (condición mensurativa).
3- TIEMPO LINGUISTICO: Tiene su centro en el presente del discurso. El presente se reinventa cada vez que el locutor habla. Este presente estará en el acto de habla, pero cuando haya que referirse más allá del ayer y el mañana, o cuando se trate de un texto, se requerirán referencias al tiempo crónico.
5 - EL APARATO FORMAL DE LA ENUNCIACIÓN
La enunciación es poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización. Es el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado. El locutor toma la lengua por instrumento, y determina los caracteres lingüísticos de la enunciación. Es la conversión de la lengua en discurso. Puede definirse como un proceso de apropiación: el locutor se apropia del aparato formal de la lengua y enuncia su posición de locutor al tiempo que establece su subjetividad.
El proceso de la enunciación puede estudiarse de 3 modos principales:
1- COMO REALIZACIÓN VOCAL DE LA LENGUA: Los sonidos emitidos/recibidos proceden de actos individuales. El lingüista procurará eliminar los rasgos individuales de la enunciación fonética recurriendo a sujetos diferentes, a fin de obtener una imagen media de los sonidos.
2- COMO CONVERSIÓN INDIVIDUAL DE LA LENGUA EN DISCURSO: Ver como el “sentido” de la enunciación se forma en palabras; en qué medida pueden distinguirse las dos nociones y cómo describir su interacción. En definitiva, trata de la semantización de la lengua
3- EN EL MARCO FORMAL DE SU REALIZACIÓN (Éste es el modo que emplea en este estudio): Es la búsqueda de los caracteres formales de la enunciación a partir de la manifestación individual que la actualiza. Consideramos el acto mismo, las situaciones donde se realiza y los instrumentos que la consuman.
Antes de la enunciación, la lengua no es más que posibilidad de lengua. Luego de que un locutor se la apropia y constituye una enunciación, se constituye en discurso, y emana de él en forma sonora, esperando otra enunciación a cambio.
La presencia de un locutor en el discurso hace que cada instancia constituya un CENTRO DE REFERENCIA INTERNA:
1- INDICIOS DE PERSONA (relación yo-tú)
2- OSTENCIÓN: Gesto ¬y término, que implica la posición de algo respecto a la del EGO
3- INDIVIDUOS LINGÜÍSTICOS: Son enunciados por pronombres personales, y nacen de una enunciación, son producidos cada vez por el discurso.
4- FORMAS TEMPORALES: La temporalidad es un marco innato del pensamiento. Es producida en la realidad de la enunciación. Procede de la instalación de la categoría de presente, y de ella nace la categoría de tiempo.
Así, la enunciación es directamente responsable de la existencia de ciertas clases de signos. Además, ni bien un locutor se sirve de ellas para influir sobre un alocutario, se encuentra con las FUNCIONES:
1- INTERROGACIÓN: Enunciación construida para suscitar una respuesta
2- INTIMACIÓN: Órdenes, llamados, que implican imperativo y vocativo
3- ASERCIÓN: Apunta a comunicar una certidumbre. Es la manifestación más común de la presencia del locutor en la enunciación.
4- COMUNIÓN FÁTICA: Simple intercambio de palabras, sin reflexión, sólo para “ser amistoso”
La enunciación se caracteriza por la acentuación de la relación discursiva al interlocutor. Esto lleva a que la enunciación plantee dos figuras, igualmente necesarias, respectivamente fuente y meta de la enunciación. Es la estructura del diálogo. El monólogo también procede de la enunciación: es un diálogo interiorizado, formulado en lenguaje interior, entre un YO locutor y un YO que escucha.
BAJTIN: “El problema de los géneros discursivos”
1 – PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y DEFINICIÓN DE GÉNERO DISCURSIVO
El uso de la lengua se lleva a cabo en forma de enunciados concretos y singulares que pertenecen a una u otra esfera de la praxis humana. El contenido temático, el estilo y la composición están vinculados indisolublemente en el enunciado. Cada enunciado separado es individual, pero cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados. Desde ahora los llamaremos GÉNEROS DISCURSIVOS.
Históricamente, se han estudiado los géneros literarios. El problema lingüístico general del enunciado y sus tipos casi no se ha tomado en cuenta. Se han estudiado también los géneros discursivos más simples (lo han hecho los saussureanos y los conductistas, entre otros), pero no se ha logrado una definición concreta de la naturaleza lingüística común de todos los enunciados.
Debemos primero, establecer esta diferencia:
1- GÉNEROS DISCURSIVOS PRIMARIOS: Son aquellos que se emplean en la conversación cotidiana inmediata
2- GÉNEROS DISCURSIVOS SECUNDARIOS: Son más complejos (novelas, dramas, escritos científicos, investigaciones periodísticas), y apuntan a una comunicación más cultural y organizada. Estos géneros se forman absorbiendo géneros primarios, haciendo que pierdan su relación inmediata con la realidad y con los enunciados reales de otros.
Estos primera división entre géneros es muy marcada, pero no podemos reducir el estudio a uno solo de ellos. El lenguaje participa en nuestra vida a través de los enunciados, y la simplificación no llevaría a comprender la naturaleza misma de éstos.
La estilística
Todo estilo está indisolublemente vinculado con el enunciado y con sus formas típicas, es decir con los géneros discursivos. Todo enunciado es individual y por lo tanto puede reflejar la individualidad del hablante. Pero no todos los géneros son igualmente susceptibles a semejante reflejo. Los más abiertos a esto son los literarios, los mas cerrados son aquellos que requieren formas estandarizadas.
La estilística como disciplina independiente es posible y necesaria, pero requiere una base aun inexistente: la de la clasificación general de los estilos de la lengua.
Los cambios históricos en los estilos están vinculados siempre a los cambios de los géneros discursivos. Los enunciados y los géneros discursivos son correas de transmisión entre la historia de la sociedad y la historia de la lengua. En cada época, los géneros discursivos están relacionados con los nuevos procedimientos para estructurar un discurso, concluirlo, para tomar en cuenta al oyente, etc, lo cual lleva a una total reestructuración y renovación de los géneros. Donde existe un estilo, existe un género.
La gramática difiere considerablemente de la estilística, pero ninguna investigación sobre gramática puede prescindir de las observaciones estilísticas. La misma SELECCIÓN de una forma gramatical por el hablante es un acto de estilística.
2-EL ENUNCIADO COMO UNIDAD DE LA COMUNICACIÓN DISCURSIVA, Y DIFERENCIA CON LAS UNIDADES DE LA LENGUA (PALABRA Y ORACIÓN)
El lenguaje se deduce de la necesidad del hombre de objetivarse a si mismo. La esencia del lenguaje se restringe a la creatividad espiritual del individuo.
Históricamente, el estudio de la comunicación siempre se realizó desde el punto de vista del hablante (Saussure), incluyendo un oyente siempre pasivo que sólo busca comprender lo que el hablante enuncia. En la realidad, este oyente es activo, toma siempre una postura frente al discurso y se prepara para la acción. El mismo hablante no espera un oyente pasivo, sino que busca contestación, consentimiento, objeción, etc.
La abstracción de las teorías antes mencionadas es justificada, pero debe recordarse que es una abstracción y no la totalidad del discurso.
Por otra parte, la falta de definición suficiente del término “discurso” colabora con los reduccionismos, y esto se debe al menosprecio de la unidad real del discurso, que es el enunciado, en favor de otras unidades como la oración, típicamente gramaticales.
DIFERENCIAS ENTRE ORACIÓN Y ENUNCIADO
El enunciado elicita una respuesta en el otro; la oración no: no es propia de nadie, es simplemente una unidad lingüística que termina en un punto.
PROPIEDADES DEL ENUNCIADO
1- CONCLUSIVIDAD ESPECÍFICA: El enunciado termina por algo: para ceder la palabra a otro, o porque se ha agotado su sentido. Un enunciado no es una unidad convencional sino real, delimitada con precisión por el cambio de los sujetos discursivos. La oración, en cambio, no se relaciona con el contexto de la realidad extraverbal, excepto cuando forma parte de un enunciado concreto. Es una expresión vacía, que simplemente posee un significado formal pero que el individuo utiliza por su carácter flexible. No posee plenitud de sentido.
2- FORMA GENÉRICA ESTABLE: La voluntad discursiva del hablante se realiza en la elección de un género discursivo determinado. La elección se define por su especificidad en la esfera dada, por las consideraciones temáticas, por la situación, por los participantes de la comunicación, etc. Poseemos un rico repertorio de géneros discursivos, que nos son dados casi como se nos da la lengua materna, que dominamos libremente antes del estudio teórico.
3- ENTONACIÓN EXPRESIVA: Toda una serie de géneros en la vida cotidiana son tan estandarizados que la voluntad discursiva individual se manifiesta únicamente en la selección del género y en la entonación expresiva. Se emplean diversos tonos de voz para que la intención del enunciado se cumpla. La entonación expresiva es un rasgo constitutivo del enunciado. No existe dentro del sistema de la lengua. Tanto la palabra como la oración, siendo unidades de la lengua, carecen de entonación expresiva. Así, la emotividad, la evaluación, la expresividad no son propias de la palabra en tanto que unidad de lengua: se generan sólo en el proceso de un enunciado concreto.
Cualquier palabra es percibida por el hablante en 3 aspectos: como palabra neutra de la lengua; como palabra ajena en los enunciados de otros, y como palabra propia en la enunciación personal.
4- ORIENTACIÓN: Todo enunciado está destinado hacia alguien. A diferencia de la oración y la palabra que son impersonales, el enunciado tiene autor y destinatario, que puede ser un individuo, un grupo o incluso uno mismo. Al construir mi enunciado, yo trato de determinarlo de una manera activa; de adivinar la contestación, tomar en cuenta los pensamientos, ideologías y simpatías del receptor, y todo esto influirá en mi discurso, tanto como en la respuesta que reciba.
Cros: El sujeto cultural: de Benveniste a Jacques Lacan
La cultura puede definirse como el espacio ideológico cuya función consiste en enraizar una colectividad en la conciencia de su propia identidad. La cultura sólo existe en la medida en que se diferencia de otras. Funciona como una memoria colectiva que sirve de referencia, y por esto es vivida como una garante de la fidelidad que el sujeto colectivo debe observar para con la imagen de sí mismo. La subjetividad está forzada a sumergirse en la misma representación colectiva que la aliena. La cultura no es una idea abstracta, sólo existe a través de sus manifestaciones concretas, a saber:
1. El lenguaje y las diversas prácticas discursivas
2. Un conjunto de instituciones y prácticas sociales
3. Su particular manera de reproducirse en todos los sujetos, conservando sin embargo idénticas formas en toda cultura
El sujeto puede haber interiorizado en mayor o menor medida su propia cultura, pero no puede ejercer ningún tipo de acción sobre ella. La cultura, como bien simbólico colectivo, existe precisamente porque es compartida colectivamente
Por sujeto cultural, entendemos a una instancia que integra a todos los individuos de una misma colectividad, y cuya función es integrar a todos los individuos en un mismo conjunto, al mismo tiempo que remite a cada uno a su posición de clase. Sujeto cultural encierra entonces:
1. Una instancia de discurso ocupada por “Yo”
2. La emergencia y el funcionamiento de la subjetividad
3. Un sujeto colectivo
4. Un proceso de sumisión ideológica.
DEL ADVENIMIENTO DEL SUJETO
Para Benveniste, la única realidad a la que remite el yo es la realidad del discurso, siendo “yo” una forma vacía que espera ser investida en la instancia del discurso. Cuando el sujeto se instala en esta estructura las formas hablan por él. Esta idea de la subjetividad como producto del lenguaje implica una separación entre el sujeto que habla y el sujeto hablado. El analista debe considerar el discurso del paciente analizado como sustituto de otro lenguaje que posee sus reglas, sus símbolos y su sintaxis propios que remiten a las estructuras más profundas del psiquismo.
Benveniste concibe también una distinción entre la lengua y el habla, siendo que el individuo se constituye subjetivamente utilizando la lengua a través del habla. Este autor juzga pertinente la analogía que Freud establece entre los símbolos del sueño y lo que él llama “imágenes inconscientes”, perceptibles también en todas las representaciones colectivas populares (mitos, leyendas, proverbios, juegos de palabras.
Estas afirmaciones de Benveniste coinciden también con la afirmación de Lacan de que el ICC está estructurado como un lenguaje. Lacan indica que el ICC emplea una retórica, empleando metáfora, metonimia y sinécdoque, recursos que conllevan a la vez la dificultad de su interpretación. Es, en la medida en que no sabe lo que dice, que el sujeto está escindido. El sujeto transcribe en sus expresiones lingüísticas las particularidades de su inserción socio-económica y socio-cultural, sin que el sujeto tome conciencia de ellas ni que las reprima. Al hablar, el sujeto dice siempre más de lo que dice y cree decir. El sujeto de deseo está doblemente amordazado: por una instancia que rige una red de valores sociales, y de paradigmas éticos agazapada tras los señuelos de la subjetividad.
LA ALIENACIÓN
El signo convoca a la realidad, y la realidad se desvanece en el signo en beneficio de su representación. Lo mismo le ocurre al sujeto, que sólo figura a través de una división entre la autenticidad de su ser y el símbolo que lo representa. El sujeto no habla, es hablado en su discurso sin que él lo sepa. Cuando el sujeto se constituye en el lenguaje, es atrapado en una red de signos organizada (Cultura), regida a la vez por lo que se llama sujeto cultural. La verdad del ser solo puede emerger en la enunciación: debemos buscar en ella la presencia del ICC.
Existen incluso enunciaciones que emplean formas impersonales y que quitan todo rasgo de subjetividad (la Doxa, los ideologémas) que representan los estratos más visibles regidos por el sujeto cultural. El YO le ha cecidosu sitio a ELLOS, las fuerzas dominantes, los ausentes.
Tras la máscara de la subjetividad se ve entonces operar al discurso del sujeto cultural. Ese sujeto cultural dicta pautas de conducta, designa paradigmas, recuerda verdades de la fe o de la experiencia. De este modo intenta eliminar al sujeto del deseo. El sujeto no se identifica con el modelo cultural: es ese modelo cultural lo que lo hace emerger como sujeto.
Cros plantea por hipótesis que sujeto cultural y ego surgen al mismo tiempo. Para Lacan, la identificación imaginaria es lo que determina la estructura del ego. El ego se forma a partir de la imagen del otro. La imagen del niño en el espejo y la imagen del otro constituyen una sola instancia: el YO ideal, conformado por el sujeto cultural, que opera como mediador entre el ego y el semejante. La realización, el propio reconocimiento y la identificación con la imagen del otro, constituye la realización del propio deseo.
Voloshinov: “Freudismo, un bosquejo crítico” (El de la palabra “BIEN”)
Está claro que el discurso no es autosuficiente. Recibe su forma de la vida misma, y no se lo puede separar de ella sin que pierda su sentido. No hay juicio de valor posible fuera del contexto del discurso. Si lo aislamos como fenómeno lingüístico, no puede ser verdadero o falso, osado o tímido, etc.
Si, por ejemplo, tenemos dos personas sentadas en una habitación, y una le dice a la otra “bien”, nosotros nada podremos comprender el sentido del mensaje, ni siquiera aunque hagamos un completo análisis lingüístico formal. Si conociéramos la entonación, el vacío se llenaría un poco pero el significado no se revelaría del todo. Lo que nos falta es el contexto extraverbal, compuesto por tres factores:
1) El campo espacial común de los interlocutores
2) El conocimiento y la comprensión de la situación compartidos por los interlocutores
3) Su evaluación común de esa situación
El contexto extraverbal está lejos de ser sólo la causa externa del enunciado. La situación entra en el enunciado como una parte constitutiva esencial de la estructura del significado. En consecuencia, un enunciado comprende dos partes:
1) La parte realizada (o actualizada en palabras)
2) La parte presupuesta.
Solamente se puede convertir en la parte presupuesta de una manifestación verbal lo que saben, ven, aman, reconocen todos los locutores: los puntos en los cuales todos ellos están unidos. Este fenómeno se debe mayormente en la unidad material del mundo que entra en el campo del locutor y en la unidad de las condiciones reales de la vida, que genera una comunidad de juicios de valor. Cuanto más amplio es el campo global y su grupo social correspondiente, más constantes serán los factores presupuestos del enunciado.
La entonación solo puede ser entendida cuando entra en contacto con los juicios de valor presupuestos del grupo social. Está siempre en el límite de lo verbal y lo no verbal, lo dicho y lo no dicho. El carácter común de los juicios de valor básicos constituye la tela en la cual el habla humana borda los dibujos de la entonación.
En general, la entonación es mucho más metafórica que las palabras. La entonación hace que parezca que el mundo que rodea al locutor está lleno de fuerzas animadas.
Una entonación se orienta en dos direcciones: al oyente como aliado y testigo, y con respecto al objeto del enunciado como tercer participante. De aquí que cualquier enunciado es la expresión y el producto de la interacción social de 3 participantes: el locutor, el oyente y el tema. El discurso es un hecho social, y no es posible derivarlo de la sola conciencia subjetiva del locutor.
¿En qué difiere una manifestación verbal artística (poesía), de un enunciado de la vida cotidiana?
Una obra poética no puede basarse en objetos del ambiente inmediato como cosas sobreentendidas, sin aludir a ellas en el plano verbal. En la obra poética no se debe dejar nada sin decir desde el punto de vista referencial pragmático.
En toda la literatura, los juicios de valor presupuestos desempeñan un papel muy importante. Una obra poética es un poderoso condensador de evaluaciones sociales no articuladas: en prrmer lugar, los juicios de valor determinan la selección de las palabras, y su recepción por parte del oyente, pues el poeta elige las palabras del contexto de la vida, en el que ellas han quedado impregnadas de juicios de valor. Se puede decir que el poeta trabaja constantemente en conjunción con la simpatía o antipatía, el acuerdo o el desacuerdo de su oyente.
Jackobson: “Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de trastornos afásicos”
1-LA AFASIA COMO PROBLEMA LINGÜÍSTICO
Si la afasia es una perturbación del lenguaje, se deduce que todas las descripciones y clasificaciones de ellas deben comenzar por saber qué aspectos del lenguaje se alteran en las diferentes especies de tales desórdenes. Para estudiar toda ruptura en las comunicaciones, debemos comenzar por comprender la naturaleza y la estructura del modo particular de la comunicación que ha dejado de funcionar
2-EL DOBLE CARÁCTER DEL LENGUAJE
Hablar implica la selección (La selección entre términos alternativos implica la posibilidad de sustituir un término por otro, equivalente bajo un aspecto y diferente bajo otro. En efecto, selección y sustitución son dos aspectos de una misma operación) y combinación (todo signo está compuesto de signos constituyentes y/o aparece en combinación con otros signos. Combinación y contexto son los dos aspectos de una misma operación). Pero el locutor no es completamente libre en la elección de palabras: la selección debe hacerse a partir del tesoro léxico que tanto él como el destinatario poseen en común. Así, para ser eficiente, el acto de habla exige la utilización de un código común entre aquellos que participan. La concurrencia de entidades simultáneas y la concatenación de entidades sucesivas son las dos maneras en que combinamos los constituyentes lingüísticos.
3 – LA PERTURBACIÓN DE LA SIMILITUD
Las perturbaciones del habla pueden afectar la capacidad del individuo para combinar y seleccionar las unidades lingüísticas, y como primera cuestión debemos saber cuál de estas 2 operaciones está afectada en los diversos tipos de afasia.
Para los afásicos con deficiencia en la selección y sustitución, el contexto constituye un factor indispensable y decisivo. Continúan con facilidad una conversación pero les cuesta mantener un diálogo. Cuanto más sus palabras dependan del contexto, más fácilmente emergerán. No podrán decir “llueve”, a menos que vean que realmente llueve. Los afásicos de este tipo tienden a reemplazar el nombre de un objeto por uno un tanto más determinado, en tanto la función que está cumpliendo o su orientación en el contexto. Así, “cuchillo” puede aparecer como sacapuntas, pela manzanas, cubierto, cuchillo para pan, pero nunca como simplemente “cuchillo”
Asimismo, si la capacidad de selección está dañada pero no la de combinación, la contigüidad determinará el comportamiento verbal, y podremos percibir esta afasia como perturbación de la similitud
4 – LA PERTURBACIÓN DE LA CONTIGÜIDAD
Para los afásicos con deficiencia en la combinación y el contexto, la extensión y variedad de las frases disminuye. Las palabras dotadas de funciones puramente gramaticales, como proposiciones, pronombres y articulaciones desaparecen, para dar origen a un estilo “telegráfico. Cuanto menos una palabra depende gramaticalmente del contexto, más fuertemente persiste en el discurso de los afásicos de este tipo. En una fase avanzada, cada enunciado queda reducido a una sola palabra
5 – LOS POLOS METAFÓRICO Y METONÍMICO
En toda afasia, la metáfora o la metonimia están disminuidos o totalmente bloqueados. En ciertos casos, se puede colegir porqué resultó dañado uno u otro aspecto, según las características psicológicas del individuo: por ejemplo, se ha visto el caso de un escritor al que se le dañó la capacidad metonímica, y antes de eso él tenía una gran preferencia por este recurso
Lakoff y Johnson: “Metáforas de la vida cotidiana”
1- LOS CONCEPTOS MEDIANTE LOS QUE VIVIMOS
Para la mayoría de la gente, la metáfora es un recurso de la imaginación poética, una cuestión de lenguaje extraordinario más que ordinario. Por eso, la gente piensa que puede arreglárselas perfectamente sin metáforas. Pero los autores concluyeron que la metáfora impregna la vida cotidiana, incluyendo el pensamiento y la acción. Nuestro sistema conceptual ordinario, mediante el cual pensamos y actuamos es fundamentalmente de naturaleza metafórica. Por ejemplo, si hablamos acerca de una discusión, metafóricamente hablamos con términos de guerra (destruí su discurso; sus afirmaciones son indefendibles, mis críticas dieron justo en el blanco). Esto se debe en parte a que realmente podemos ganar o perder en las discusiones. La esencia de la metáfora es entender un tipo de cosa en términos de otra. De este funcionamiento metafórico de nuestro sistema conceptual raramente somos conscientes.
2- LA SISTEMATICIDAD DE LOS CONCEPTOS METAFÓRICOS
Que conceptualicemos las discusiones como batallas influye sistemáticamente en la forma que adoptan las discusiones, y la manera en que hablamos acerca de lo que hacemos al discutir. Como el concepto metafórico es sistemático, el lenguaje que usamos para hablar sobre ese aspecto del concepto es también sistemático.
“el tiempo es dinero”, “el tiempo es un recurso limitado” y “el tiempo es un objeto valioso” son conceptos metafóricos que constituyen un sistema único basado en la subcategorización, ya que en nuestra sociedad el dinero es limitado y los recursos limitados son valiosos. Esto implica que cuando hablemos sobre cuestiones de tiempo o de dinero, utilizaremos conceptos referidos al dinero (gastar, invertir), otros a recursos limitados (usar, agotar, terminar) y otros a cosas valiosas (tener, dar, perder).
3 – METONIMIA
En la metonimia, se usa una entidad para referirse a otras. Metáfora y metonimia son procesos diferentes: la metáfora es fundamentalmente una manera de concebir una cosa en términos de otra, y su función principal es la comprensión. La metonimia tiene como principal la función referencial; nos permite emplear una entidad por otra, pero también desempeña la función de proporcionarnos comprensión. La metonimia ejerce algunas de las funciones que desempeña la metáfora, pero nos permite centrarnos más específicamente en algunos aspectos de aquello a lo que se refiere. Los conceptos metonímicos son también parte de la forma cotidiana en que pensamos, actuamos y hablamos (me compre un picasso, el senado piensa que el aborto es inmoral, etc)
Todorov: “Sinécdoques”
A los modos de ordenamiento planteados por Jackobson (combinación y selección) añade la sinécdoque: como una palabra puede tener varios sentidos, tomo uno de ellos como más importante.
Nietzche afirma que actualmente todo el lenguaje es metafórico. La palabra (el concepto)
no designa un hecho o un fenómeno sino mediante la abstracción omitiendo muchos de sus
rasgos. Todo concepto nace de la identificación de lo idéntico. Pero esta identificación de la
parte con el todo es una figura: la sinécdoque. Para Nieztche el hombre es un animal metafórico y afirma que no es necesario suprimir las metáforas en la búsqueda de la verdad.
Se puede analizar la sinécdoque si se toma como verdadero el principio de que es
posible descomponer una palabra en el plano semántico. Esta descomposición puede ser de
dos tipos: conjuntivo y material, o disyuntivo y conceptual. La sinécdoque consiste en emplear
la palabra en un sentido que es una parte de otro sentido de la misma palabra según uno u otro
tipo de descomposición.
La metáfora es una doble sinécdoque. En la metáfora todo ocurre como si un sentido
intermedio hubiera funcionado como sinécdoque de uno y otro. La metonimia es una doble
sinécdoque pero de sentido contrario: es simétrica e inversa a la metáfora. Aquí cada uno de
los 2 sentidos funciona como la sinécdoque de un 3er sentido que las engloba
Autor: Guillermo Alfonso
Esta es la parte 2, parte uno
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