Ficha, Precursores de la sociología clásica.
1. Fuentes del positivismo.
Augusto Comte (1798 – 1857)
Los años de vida de Comte son los años posteriores a la Gran Revolución. Hay un deseo por un orden social estable que armonice con todos los avances del progreso. Solo en la ciencia se ha de encontrar el auténtico progreso. El positivismo comtiano se sitúa en una línea contrarevolucionaria.
a) El Positivismo.
El positivismo es el movimiento intelectual predominante en la segunda mitad del siglo XIX. La clave para lograr la reforma social de la humanidad está en la ciencia, única fuente segura del conocimiento que muestra su utilidad por medio de la técnica.
b) Inicios: punto de partida del Positivismo.
Comte presenta el positivismo como el camino que lleva a construir la ciencia como fundamento de un nuevo orden social unitario.
c) Filosofía positiva.
Comte define la filosofía como la doctrina general de los conocimientos humanos, sin embargo al añadirle el calificativo “positiva”, identifica el conocimiento humano con los conocimientos aportados por las ciencias. La Filosofía Positiva consiste en la sistematización enciclopédica del saber positivo. Es un saber universal que sintetiza todas las ciencias y como método se aplica a cualquier conocimiento que proceda de la observación empírica y de la elaboración de sus datos por la razón.
d) Ley de los tres estados.
Todas nuestras especulaciones tienen que pasar sucesiva e inevitablemente por tres estados teóricos diferentes: teológico, metafísico y positivo. El primer estado, aunque indispensable, debe ser concebido luego como puramente provisional y preparatorio; el segundo no tiene más que un simple destino transitorio para conducir gradualmente al tercero; es en este, único plenamente normal, donde radica el régimen definitivo de la razón humana.
e) Primer estado: Estado teológico o ficticio.
Todas nuestras especulaciones manifiestan espontáneamente una predilección característica por las cuestiones más insolubles, pues buscan el origen de todas las cosas, en una palabra, conocimientos absolutos. La primera fase de este primer estado es el fetichismo, que consiste en atribuir a todos los cuerpos exteriores una vida esencialmente análoga a la nuestra pero, casi siempre más enérgica, por su acción generalmente más poderosa. La segunda fase está constituida por el politeísmo, que representa netamente la libre preponderancia especulativa de la imaginación: se retira la vida a los objetos materiales para ser misteriosamente trasladada a diversos seres ficticios. La tercera y última fase comprende el monoteísmo, dejando gradualmente desarrollarse el sentimiento universal de la sujeción necesaria de todos los fenómenos naturales a leyes invariables.
f) Segundo estado: Estado metafísico o abstracto.
La metafísica trata de explicar la naturaleza íntima de los seres, el origen y el destino de todas las cosas. En lugar de operar con los agentes sobrenaturales, los reemplaza cada vez más por entidades o abstracciones personificadas (ontología). Ya no es la pura imaginación la que domina, sino que interviene en gran medida el razonamiento y se prepara confusamente al ejercicio verdaderamente científico.
g) Tercer estado: Estado positivo o real.
Tiene un carácter principal: la ley o subordinación constante de la imaginación a la observación. La inteligencia emancipada llegar a su estado definitivo de positividad racional. El espíritu humano renuncia en lo sucesivo a las indagaciones absolutas y circunscribe sus esfuerzos al dominio de la verdadera observación, única base posible de los conocimientos verdaderamente accesibles.
Otro carácter principal es el de la Naturaleza relativa del espíritu positivo. Las investigaciones positivas deben reducir a la apreciación sistemática de lo que es todo aquello que desee conocer. Importa, además, darse cuenta de que ese estudio de los fenómenos debe ser siempre relativo a la organización y a la situación que se vive.
El tercer carácter, el Destino de las leyes positivo y su previsión racional, hace referencia a que el verdadero espíritu positivo consiste en ver para prever, en estudiar lo que es para deducir lo que será.
Y por último, el carácter de Extensión universal el dogma fundamental de la invariabilidad de las leyes naturales, que es el principio fundamental de toda la filosofía positiva.
h) Teoría y clasificación de las ciencias.
Según Comte hay correspondencia entre el nivel de evolución intelectual de la humanidad y sus estructuras sociales y políticas. La ciencia guía a la humanidad, la hace progresar históricamente hacia su madurez, hacia el estado positivo.
El saber positivo es un saber enciclopédico y las ciencias que lo constituyen aparecen organizadas y clasificadas. Corresponde a la filosofía elaborar un sistema de las ciencias para que la teoría que las fundamenta las haga coincidir con la historia real de su desarrollo.
Comte presenta su concepción de la ciencia, viendo en ella el único camino para establecer e incrementar el poder del hombre sobre la Naturaleza. Para el positivismo, la ciencia tiene una dimensión social y dirige la práctica.
Así, la ciencia se interesa por las cosas en cuanto reúnen los siguientes caracteres:
Son fenómenos.
Constituyen lo dado, es decir, algo con lo que nos encontramos.
Son observables.
Son verificables.
La unidad de estos cuatro caracteres es lo que para Comte constituye un hecho. En conclusión, para que haya ciencia se requieren hechos observados y leyes que expresen las relaciones existentes entre esos hechos.
i) Clasificación de las seis ciencias fundamentales.
Para poder lograr una buena clasificación de las ciencias debemos comenzar por el estudio de los fenómenos más generales para llegar luego a los particulares. Se distinguen seis ciencias puras: las Matemáticas, la Astronomía, la Física, la Química, la Biología y la ciencia social.
j) Sociología positiva.
La sociología aparece en el último lugar, en ella convergen todas las demás ciencias. Comte le asigna como objeto natural el estudio de las grandes concepciones científicas producidas por el espíritu humano, las leyes que rigen su desarrollo histórico, el progreso social y las estructuras, el orden social, en que se ha constituido. Su finalidad es promover una organización más progresiva y libre de la sociedad. Asigna además a la sociología la tarea de instituir la religión de la humanidad.
k) La sociología y su división.
La define como el estudio positivo de las leyes fundamentales propias de los fenómenos sociales. La sociología se dedica al estudio de las estructuras de la sociedad y al de su desarrollo. Su finalidad es advertir con nitidez el sistema de operaciones sucesivas, filosóficas y prácticas que han de liberar a la sociedad de su fatal tendencia a la disolución inminente y conducirla de modo directo a una nueva organización más progresiva y sólida que la asentada sobre la filosofía teológica.
La sociología tiene dos aspectos: el estático, que se refiere a las condiciones de equilibro de la sociedad, y el dinámico, que se relaciona con la movilidad social.
l) Las ideas de Orden y Progreso.
El planteamiento que Comte hace de la sociologíua está inspirado en Montesquieu, Condorcet y Bossuet. Del primero toma el determinismo de los hechos históricos; del segundo, la ley del progreso humano y, del tercero, el afán universalista del espíritu humano.
La idea de orden, se refiere a la unidad sistemática de la sociedad en una época determinada, a la estructura que le da estabilidad y firmeza. La idea de progreso, por el contrario, muestra el paso de un orden determinado a otro. Las dos ideas conjuntamente permiten valorar todas las etapas por las que ha pasado la humanidad a lo largo de su desenvolvimiento histórico.
La verdadera idea de progreso pertenece a la filosofía positiva una vez que caracteriza el término social y conoce el desarrollo gradual de la humanidad. Solo la filosofía positiva, completada con el estudio de los fenómenos políticos, determinará las leyes naturales que rigen las transformaciones sociales.
Para explicar el progreso social, Comte distingue entre épocas orgánicas y épocas críticas. Las primeras se producen cuando el nivel intelectual de las ideas es decisivo y dominante, expresan el estado de organización que se descompone a otro que comienza a estructurarse.
Como la naturaleza humana está sometida a un desarrollo gradual, la crisis expresa el progreso, y de algún modo, asegura el mantenimiento del orden porque cada época orgánica está prefigurada en la anterior. La naturaleza humana, siempre idéntica a sí misma, se va perfeccionando, no obstante en su desarrollo.
m) De la sociología a la religión de toda la Humanidad.
La moral como una parte de la sociología se encarga de estudiar y promover la política de la solidaridad. Será quien coordine los actos, sistematizará los sentimientos, dará unidad a la vida total de la unidad verdadera y fecunda del género humano.
De este modo, la moral positiva exige al hombre vivir para la humanidad, para el Gran Ser.
Como nuestro desarrollo se debe a la sociedad, para el espíritu positivo no existe el hombre sino la humanidad. Es incorporándose en la humanidad como cada uno obtiene su intensidad de vida, satisface su tendencia a eternizarse.
n) La religión y la sociedad positiva.
Sustituye el amor de Dios por el amor a la Humanidad. Comte sostiene que la religión de la humanidad debe constituir una copia exacta del sistema eclesiástico. Ya están dispuestos los dogmas de la nueva fe: la filosofía positiva y las leyes científicas.
o) Comte y su posición frente a la Psicología.
La humanidad se educa a sí misma en el tiempo por una especie de autoproducción que debe su misma psivilidad a los puntos de apoyo que toma en la naturaleza del hombre, desarrollada por la inmensidad del pasado. Una pedagogía que cree encontrar su base en la psicología es un síntoma característico de la crisis en la que nos sumergen las especulaciones anárquicas. La pedagogía positiva es a que se apoya no en falsas ciencias, sino en la experiencia y la memoria de la humanidad.
Dice Comte sobre la psicología: “caricatura de ciencia”. Si al educación tiene un sentido, es en cuanto permite al niño no solamente hacerse adulto por el espíritu y el sentimiento, sino, sobre todo, meditar sobre la infancia de la humanidad y sobre su desarrollo, que es en definitiva, la historia de una liberación.
Herbert Spencer (1820 – 1903)
Dos ideas dominaron la vida de Spencer: la de evolución, para la cual inventó el término “supervivencia de los más dotados”, y la de la libertad personal. Su objetivo fue explicar toda la naturaleza como un sistema materialista sincronizado.
Es considerado como el filósofo de la evolución (filosofía sintética). Vio al organismo como modelo para la sociedad de dos modos: 1) una sociedad representa un sistema que tiene estructuras y funciones; y 2) una sociedad representa un cierto nivel de evolución social, determinado sobre la base de su diferenciación estructural.
Según Spencer, el universo se puede explicar solamente en términos evolutivos. La sociedad empezó como un sistema (organismo) no diferenciado y simple. A través de la evolución, las sociedades desarrollaron estructuras especializadas para representar funciones especializadas. Cuanto más diferenciada estructural y funcionalmente está una sociedad, tiene un lugar más avanzado en una taxonomía evolutiva.
Charles Robert Darwin (1809 – 1882)
Darwin sentó las bases de la teoría moderna de la evolución con su concepto de desarrollo de todas las formas de vida a través del proceso lento de la selección natural.
- Teoría de la Selección Natural.
Las crías nacidas de cualquier especie compiten intensamente por la supervivencia. Los que sobreviven, que darán origen a la próxima generación, tienden a incorporar variaciones naturales favorables, el proceso de selección natural, y estas variaciones se pasan por herencia. Por lo tanto, cada generación mejorará su adaptabilidad con respecto a las generaciones precedentes, y este proceso gradual y continuo es la causa de la evolución de las especies. También presentó el concepto de que todos los organismos relacionados son descendientes de ancestros comunes.
La Teoría de la descendencia con modificación propone básicamente las siguientes ideas:
1. Evolución como tal: Las características del mundo no son constantes, el Mundo no se originó recientemente ni está en un ciclo perpetuo, sino que está cambiando irreversiblemente en forma continua, transformándose los organismos a través del tiempo.
2. Continuidad: Todas las especies se han originado a partir de otra especie preexistente.
3. Origen común: La materia viva dio origen en forma natural a los primeros seres vivos tras un largo proceso, bajo condiciones muy diferentes de las actuales. La vida se originó una sola vez y todos los seres vivientes de la actualidad descienden de un antepasado común ligados por relaciones de parentesco genético.
4. Diversificación evolutiva: Las especies se diversifican a través del tiempo geológico.
5. Gradualismo: El cambio evolutivo ocurre a través del cambio gradual, de larga duración, de las poblaciones. La transformación de una especie en otra representa la suma de pequeños cambios que sufrieron una serie de generaciones sucesivas en curso de adaptación.
6. Especiación: Las variedades que se hacen muy diferentes entre sí finalizan siendo promovidas al rango de especies.
7. Macroevolución: El origen de los grupos taxonómicos superiores es consecuencia del mismo proceso de formación de especies
8. Irreversibilidad: Una vez que una especie se extingue no reaparece. La evolución es un proceso irreversible.
9. Uniformismo: La evolución continúa hoy de la misma forma que en el pasado.
10. Oportunismo: La aparición de una forma nueva no tiene carácter de ineluctable, es el resultante de numerosas fuerzas que se conjugaron en un cierto lugar en determinada época. La evolución opera modificando las estructuras presentes, adaptándolas a nuevas condiciones.
11. Extinción: La extinción de las especies está ligada a la evolución. Las especies se extinguen como consecuencia de la aparición de nuevas especies o debido a cambios ambientales.
12. Fenómeno Poblacional: Darwin deja de considerar al mundo viviente a través de individuos aislados, y comienza a pensarse en términos poblacionales.
En cuanto a los mecanismos que actúan en la variación de los seres, en la evolución de su organización y en su adaptación, Darwin reconoce los siguientes principios:
1. Una población de organismos tiene un potencial reproductivo tal que si se expresara en la realidad la población se incrementaría mediante tasas geométricas.
2. Durante periodos geológicos cortos el número de individuos de una población permanece más o menos constante.
3. Solo una parte de los nacidos sobrevive hasta reproducirse.
4. Las condiciones ambientales de muchos organismos van cambiando a través del tiempo.
5. Los individuos de una misma población presentan variaciones en sus caracteres, parte de esta variación es heredable.
6. Las actividades vitales determinan qué rasgos son favorables para la supervivencia y la reproducción.
7. Los individuos con caracteres favorables producirán en promedio más descendientes que los que presentan rasgos menos favorables.
Antecedentes hegelianos y neohegelianos del materialismo dialéctico de Karl Marx.
El punto de partida del pensamiento de Marx le fue sumistrado por las cuestiones filosóficas ligadas a la herencia hegeliana así como la ruptura de esta herencia.
La obra de Hegel se caracteriza por una fuerte tendencia a lo concreto y una decidida afirmación del poder, el pensamiento y la razón frente a la nebulosa del sentimiento y la intuición intelectual. Para Hegel la filosofía es el saber absoluto.
El sistema científico no es pensado como un simple conjunto de proposiciones deductivas, sino que es el que unifica y supera las doctrinas anteriores, siendo el método dialéctico. Este método no es ni deductivo ni empírico, sino que aquí la verdad se opone al error y viceversa: el error aparece como un momento evolutivo de la verdad, la cual conserva y quiere superar el error. En este sentido, la verdad no es un estado fijo sino una realidad dinámica, un proceso histórico.
La doctrina de Hegel encierra dos cuestiones difíciles de conciliar, por una parte el hegelianismo era inexorablemente antiutópico. La dialéctica de Hegel era un método de comprensión de la historia pasada que no pretendía proyectarse hacia el futuro. Por otra parte, la apología hegeliana de la razón podía tomarse como el postulado de un mundo razonable.
En la primera interpretación el sistema hegeliano tendía a la aceptación contemplativa del proceso histórico como algo natural e inevitable. En la interpretación opuesta, fomentaba un espíritu de desconfianza y crítica, exigiendo la confrontación de cualquier mundo existente con los imperativos de la razón, e incluía ciertos estándares que facultaban a la humanidad a juzgar y criticar la realidad y exigir su reforma.
El joven hegelianismo fue la expresión filosófica de la oposición republicana y democrático burguesa que criticaba el orden feudal del estado prusiano y volvía sus ojos esperanzados hacia Francia. No obstante, la crisis del sistema hegeliano en Alemania surgió más ligada a la crítica de la cuestión religiosa que al debate social o político. Es en este sentido que dentro de las producciones de los jóvenes hegelianos cobra importancia la producción de Feuerbach.
La religión es una autodicotomía del hombre, su razón, sus sentimientos y la transferencia de sus cualidad intelectuales y afectivas en un ser divino imaginario que afirma su propia independencia y empieza a tiranizar sobre su creador. La alienación religiosa no es un error, sino un empobrecimiento del hombre, pues despoja a éste de sus mejores facultades y cualidades, atribuyéndolas a la divinidad. “El hombre afirma en Dios lo que niega en sí mismo”.
Por otra parte, la religión paraliza la capacidad del hombre para vivir en armonía con sus semejantes, pues desvía la energía del amor hacia la divinidad y proyecta la compañía real del hombre a un cielo imaginario. Destruye los sentimientos solidarios y de amor mutuo fomentando el egoísmo, desprecia todos los valores de la vida terrenal y hace imposible la igualdad y la armonía social.
Los posteriores escritos de Feuerbach muestran una creciente desavenencia con el hegelianismo. Rechaza la teoría de que el sujeto y el objeto se condicionan mutuamente, declarando que nuestra aprehensión de las cosas es principalmente sensorial y pasiva y solo secundariamente activa y conceptual, también señala que la imaginación religiosa deriva del sentimiento de dependencia del hombre con la naturaleza y afirma que el egoísmo es un rasgo natural e inevitable, afirmando que la fuente de la imaginación religiosa era la ignorancia general y la incapacidad del hombre para interpretar correctamente su propia situación en la naturaleza, la religión es una satisfacción sustitutiva de las necesidades humanas que no pueden ser satisfechas de otra manera.
Este autor consideró a la religión como la raíz de todo mal social, creyó que una vez que fuera suprimida la mistificación religiosa, desaparecerían las fuentes de la desigualdad social, la explotación, el egoísmo y la esclavitud. Por ello pensó que la formación pública, al terminar con los prejuicios religiosos, erradicaría al mismo tiempo la servidumbre social.
Para Marx en particular, la filosofía de Feuerbach no fue solo un punto de repulsión, sino también uno de los principales estímulos que le permitieron rechazar las categorías hegelianas de su propio pensamiento. Adoptó la crítica del hegelianismo como filosofía “que ponía el predicado en el lugar del sujeto” y dio a las creaciones humanas más prioridad que al propio hombre.
Max Weber: presentación del autor.
A partir de mediados del siglo XIX, la sociedad política europea enfrenta el problema de la democratización. Como consecuencia se desarrollan cambios en todas las formas de organización social y particularmente en las prácticas políticas.
Las preocupaciones desplegadas por Weber en buena parte de su sociología están teñidas por el florecimiento democrático: legitimidad, libertad, clases, procesos de burocratización, y la oposición desde una perspectiva liberal a los fundamentos filosóficos del materialismo dialéctico.
Podemos afirmar que Marx y Weber coinciden en una común voluntad de realizar un trabajo intelectual con el fin de dignificar la existencia humana en las sociedades industriales; el marco en el que llevó a cabo sus cuestionamientos Weber fue el Estado Social alemán promovido por los llamados Socialistas de Cátedra.
El análisis weberiano es un análisis multicausal en el que se introduce el peso de las representaciones individuales en los cambios: los cambios en las necesidades psicológicas de los hombre son casi mayores que las transformaciones de las condiciones materiales, y sería científicamente inaceptable ignorarlos.
Entre los principales aportes de Weber se encuentra el haber reconocido y descrito la importancia extraordinaria de los factores intelectuales y psicológicos en la vida económica. El problema de objetivar los vínculos entre el capitalismo y subjetividad estaba en el centro de sus preocupaciones.
El eje central del trabajo de Weber, relacionado con la cuestión social, es el estudio de las características específicas del capitalismo europeo occidental, su lógica y sus efectos en el modo de ser de los humanos.
Weber pertenece a una generación de pensadores que tuvieron la vivencia de un “mundo intacto” en la Europa burguesa de antes de la Primera Guerra Mundial. Fue un representante del liberalismo europeo en el umbral de su decadencia. Buscó las vías y posibilidades de traducir los ideales liberales en una realidad social post-burguesa condicionada por el desarrollo del capitalismo y de la democracia de masas.
Weber estaba fascinado por la violencia con la que el capitalismo había destruido sin miramientos todos los órdenes sociales tradicionales, sustituyéndolos por sistemas racionales de intersección que, por una parte desencadenaron inmensas fuerzas económicas y por otra produjeron estructuras burocráticas que le parecieron ser los heraldos de una nueva servidumbre futura.
Las influencias predominantes en los trabajos de Max Weber provienen de diversas fuentes; la hermenéutica diltheyana, el neokantismo de la escuela de Baden, e incluso en los últimos años de su producción, la filosofía nietzscheana. A la vez, la sociología weberiana se erige en disputa con otras corrientes y disciplinas: con el positivismo francés e inglés; obviamente con las vertientes neohegelianas y por tanto, con el marismo; con la Economía Política liberal inglesa y con la Escuela Austríaca de Economía Histórica.
1. Fuentes del positivismo.
Augusto Comte (1798 – 1857)
Los años de vida de Comte son los años posteriores a la Gran Revolución. Hay un deseo por un orden social estable que armonice con todos los avances del progreso. Solo en la ciencia se ha de encontrar el auténtico progreso. El positivismo comtiano se sitúa en una línea contrarevolucionaria.
a) El Positivismo.
El positivismo es el movimiento intelectual predominante en la segunda mitad del siglo XIX. La clave para lograr la reforma social de la humanidad está en la ciencia, única fuente segura del conocimiento que muestra su utilidad por medio de la técnica.
b) Inicios: punto de partida del Positivismo.
Comte presenta el positivismo como el camino que lleva a construir la ciencia como fundamento de un nuevo orden social unitario.
c) Filosofía positiva.
Comte define la filosofía como la doctrina general de los conocimientos humanos, sin embargo al añadirle el calificativo “positiva”, identifica el conocimiento humano con los conocimientos aportados por las ciencias. La Filosofía Positiva consiste en la sistematización enciclopédica del saber positivo. Es un saber universal que sintetiza todas las ciencias y como método se aplica a cualquier conocimiento que proceda de la observación empírica y de la elaboración de sus datos por la razón.
d) Ley de los tres estados.
Todas nuestras especulaciones tienen que pasar sucesiva e inevitablemente por tres estados teóricos diferentes: teológico, metafísico y positivo. El primer estado, aunque indispensable, debe ser concebido luego como puramente provisional y preparatorio; el segundo no tiene más que un simple destino transitorio para conducir gradualmente al tercero; es en este, único plenamente normal, donde radica el régimen definitivo de la razón humana.
e) Primer estado: Estado teológico o ficticio.
Todas nuestras especulaciones manifiestan espontáneamente una predilección característica por las cuestiones más insolubles, pues buscan el origen de todas las cosas, en una palabra, conocimientos absolutos. La primera fase de este primer estado es el fetichismo, que consiste en atribuir a todos los cuerpos exteriores una vida esencialmente análoga a la nuestra pero, casi siempre más enérgica, por su acción generalmente más poderosa. La segunda fase está constituida por el politeísmo, que representa netamente la libre preponderancia especulativa de la imaginación: se retira la vida a los objetos materiales para ser misteriosamente trasladada a diversos seres ficticios. La tercera y última fase comprende el monoteísmo, dejando gradualmente desarrollarse el sentimiento universal de la sujeción necesaria de todos los fenómenos naturales a leyes invariables.
f) Segundo estado: Estado metafísico o abstracto.
La metafísica trata de explicar la naturaleza íntima de los seres, el origen y el destino de todas las cosas. En lugar de operar con los agentes sobrenaturales, los reemplaza cada vez más por entidades o abstracciones personificadas (ontología). Ya no es la pura imaginación la que domina, sino que interviene en gran medida el razonamiento y se prepara confusamente al ejercicio verdaderamente científico.
g) Tercer estado: Estado positivo o real.
Tiene un carácter principal: la ley o subordinación constante de la imaginación a la observación. La inteligencia emancipada llegar a su estado definitivo de positividad racional. El espíritu humano renuncia en lo sucesivo a las indagaciones absolutas y circunscribe sus esfuerzos al dominio de la verdadera observación, única base posible de los conocimientos verdaderamente accesibles.
Otro carácter principal es el de la Naturaleza relativa del espíritu positivo. Las investigaciones positivas deben reducir a la apreciación sistemática de lo que es todo aquello que desee conocer. Importa, además, darse cuenta de que ese estudio de los fenómenos debe ser siempre relativo a la organización y a la situación que se vive.
El tercer carácter, el Destino de las leyes positivo y su previsión racional, hace referencia a que el verdadero espíritu positivo consiste en ver para prever, en estudiar lo que es para deducir lo que será.
Y por último, el carácter de Extensión universal el dogma fundamental de la invariabilidad de las leyes naturales, que es el principio fundamental de toda la filosofía positiva.
h) Teoría y clasificación de las ciencias.
Según Comte hay correspondencia entre el nivel de evolución intelectual de la humanidad y sus estructuras sociales y políticas. La ciencia guía a la humanidad, la hace progresar históricamente hacia su madurez, hacia el estado positivo.
El saber positivo es un saber enciclopédico y las ciencias que lo constituyen aparecen organizadas y clasificadas. Corresponde a la filosofía elaborar un sistema de las ciencias para que la teoría que las fundamenta las haga coincidir con la historia real de su desarrollo.
Comte presenta su concepción de la ciencia, viendo en ella el único camino para establecer e incrementar el poder del hombre sobre la Naturaleza. Para el positivismo, la ciencia tiene una dimensión social y dirige la práctica.
Así, la ciencia se interesa por las cosas en cuanto reúnen los siguientes caracteres:
Son fenómenos.
Constituyen lo dado, es decir, algo con lo que nos encontramos.
Son observables.
Son verificables.
La unidad de estos cuatro caracteres es lo que para Comte constituye un hecho. En conclusión, para que haya ciencia se requieren hechos observados y leyes que expresen las relaciones existentes entre esos hechos.
i) Clasificación de las seis ciencias fundamentales.
Para poder lograr una buena clasificación de las ciencias debemos comenzar por el estudio de los fenómenos más generales para llegar luego a los particulares. Se distinguen seis ciencias puras: las Matemáticas, la Astronomía, la Física, la Química, la Biología y la ciencia social.
j) Sociología positiva.
La sociología aparece en el último lugar, en ella convergen todas las demás ciencias. Comte le asigna como objeto natural el estudio de las grandes concepciones científicas producidas por el espíritu humano, las leyes que rigen su desarrollo histórico, el progreso social y las estructuras, el orden social, en que se ha constituido. Su finalidad es promover una organización más progresiva y libre de la sociedad. Asigna además a la sociología la tarea de instituir la religión de la humanidad.
k) La sociología y su división.
La define como el estudio positivo de las leyes fundamentales propias de los fenómenos sociales. La sociología se dedica al estudio de las estructuras de la sociedad y al de su desarrollo. Su finalidad es advertir con nitidez el sistema de operaciones sucesivas, filosóficas y prácticas que han de liberar a la sociedad de su fatal tendencia a la disolución inminente y conducirla de modo directo a una nueva organización más progresiva y sólida que la asentada sobre la filosofía teológica.
La sociología tiene dos aspectos: el estático, que se refiere a las condiciones de equilibro de la sociedad, y el dinámico, que se relaciona con la movilidad social.
l) Las ideas de Orden y Progreso.
El planteamiento que Comte hace de la sociologíua está inspirado en Montesquieu, Condorcet y Bossuet. Del primero toma el determinismo de los hechos históricos; del segundo, la ley del progreso humano y, del tercero, el afán universalista del espíritu humano.
La idea de orden, se refiere a la unidad sistemática de la sociedad en una época determinada, a la estructura que le da estabilidad y firmeza. La idea de progreso, por el contrario, muestra el paso de un orden determinado a otro. Las dos ideas conjuntamente permiten valorar todas las etapas por las que ha pasado la humanidad a lo largo de su desenvolvimiento histórico.
La verdadera idea de progreso pertenece a la filosofía positiva una vez que caracteriza el término social y conoce el desarrollo gradual de la humanidad. Solo la filosofía positiva, completada con el estudio de los fenómenos políticos, determinará las leyes naturales que rigen las transformaciones sociales.
Para explicar el progreso social, Comte distingue entre épocas orgánicas y épocas críticas. Las primeras se producen cuando el nivel intelectual de las ideas es decisivo y dominante, expresan el estado de organización que se descompone a otro que comienza a estructurarse.
Como la naturaleza humana está sometida a un desarrollo gradual, la crisis expresa el progreso, y de algún modo, asegura el mantenimiento del orden porque cada época orgánica está prefigurada en la anterior. La naturaleza humana, siempre idéntica a sí misma, se va perfeccionando, no obstante en su desarrollo.
m) De la sociología a la religión de toda la Humanidad.
La moral como una parte de la sociología se encarga de estudiar y promover la política de la solidaridad. Será quien coordine los actos, sistematizará los sentimientos, dará unidad a la vida total de la unidad verdadera y fecunda del género humano.
De este modo, la moral positiva exige al hombre vivir para la humanidad, para el Gran Ser.
Como nuestro desarrollo se debe a la sociedad, para el espíritu positivo no existe el hombre sino la humanidad. Es incorporándose en la humanidad como cada uno obtiene su intensidad de vida, satisface su tendencia a eternizarse.
n) La religión y la sociedad positiva.
Sustituye el amor de Dios por el amor a la Humanidad. Comte sostiene que la religión de la humanidad debe constituir una copia exacta del sistema eclesiástico. Ya están dispuestos los dogmas de la nueva fe: la filosofía positiva y las leyes científicas.
o) Comte y su posición frente a la Psicología.
La humanidad se educa a sí misma en el tiempo por una especie de autoproducción que debe su misma psivilidad a los puntos de apoyo que toma en la naturaleza del hombre, desarrollada por la inmensidad del pasado. Una pedagogía que cree encontrar su base en la psicología es un síntoma característico de la crisis en la que nos sumergen las especulaciones anárquicas. La pedagogía positiva es a que se apoya no en falsas ciencias, sino en la experiencia y la memoria de la humanidad.
Dice Comte sobre la psicología: “caricatura de ciencia”. Si al educación tiene un sentido, es en cuanto permite al niño no solamente hacerse adulto por el espíritu y el sentimiento, sino, sobre todo, meditar sobre la infancia de la humanidad y sobre su desarrollo, que es en definitiva, la historia de una liberación.
Herbert Spencer (1820 – 1903)
Dos ideas dominaron la vida de Spencer: la de evolución, para la cual inventó el término “supervivencia de los más dotados”, y la de la libertad personal. Su objetivo fue explicar toda la naturaleza como un sistema materialista sincronizado.
Es considerado como el filósofo de la evolución (filosofía sintética). Vio al organismo como modelo para la sociedad de dos modos: 1) una sociedad representa un sistema que tiene estructuras y funciones; y 2) una sociedad representa un cierto nivel de evolución social, determinado sobre la base de su diferenciación estructural.
Según Spencer, el universo se puede explicar solamente en términos evolutivos. La sociedad empezó como un sistema (organismo) no diferenciado y simple. A través de la evolución, las sociedades desarrollaron estructuras especializadas para representar funciones especializadas. Cuanto más diferenciada estructural y funcionalmente está una sociedad, tiene un lugar más avanzado en una taxonomía evolutiva.
Charles Robert Darwin (1809 – 1882)
Darwin sentó las bases de la teoría moderna de la evolución con su concepto de desarrollo de todas las formas de vida a través del proceso lento de la selección natural.
- Teoría de la Selección Natural.
Las crías nacidas de cualquier especie compiten intensamente por la supervivencia. Los que sobreviven, que darán origen a la próxima generación, tienden a incorporar variaciones naturales favorables, el proceso de selección natural, y estas variaciones se pasan por herencia. Por lo tanto, cada generación mejorará su adaptabilidad con respecto a las generaciones precedentes, y este proceso gradual y continuo es la causa de la evolución de las especies. También presentó el concepto de que todos los organismos relacionados son descendientes de ancestros comunes.
La Teoría de la descendencia con modificación propone básicamente las siguientes ideas:
1. Evolución como tal: Las características del mundo no son constantes, el Mundo no se originó recientemente ni está en un ciclo perpetuo, sino que está cambiando irreversiblemente en forma continua, transformándose los organismos a través del tiempo.
2. Continuidad: Todas las especies se han originado a partir de otra especie preexistente.
3. Origen común: La materia viva dio origen en forma natural a los primeros seres vivos tras un largo proceso, bajo condiciones muy diferentes de las actuales. La vida se originó una sola vez y todos los seres vivientes de la actualidad descienden de un antepasado común ligados por relaciones de parentesco genético.
4. Diversificación evolutiva: Las especies se diversifican a través del tiempo geológico.
5. Gradualismo: El cambio evolutivo ocurre a través del cambio gradual, de larga duración, de las poblaciones. La transformación de una especie en otra representa la suma de pequeños cambios que sufrieron una serie de generaciones sucesivas en curso de adaptación.
6. Especiación: Las variedades que se hacen muy diferentes entre sí finalizan siendo promovidas al rango de especies.
7. Macroevolución: El origen de los grupos taxonómicos superiores es consecuencia del mismo proceso de formación de especies
8. Irreversibilidad: Una vez que una especie se extingue no reaparece. La evolución es un proceso irreversible.
9. Uniformismo: La evolución continúa hoy de la misma forma que en el pasado.
10. Oportunismo: La aparición de una forma nueva no tiene carácter de ineluctable, es el resultante de numerosas fuerzas que se conjugaron en un cierto lugar en determinada época. La evolución opera modificando las estructuras presentes, adaptándolas a nuevas condiciones.
11. Extinción: La extinción de las especies está ligada a la evolución. Las especies se extinguen como consecuencia de la aparición de nuevas especies o debido a cambios ambientales.
12. Fenómeno Poblacional: Darwin deja de considerar al mundo viviente a través de individuos aislados, y comienza a pensarse en términos poblacionales.
En cuanto a los mecanismos que actúan en la variación de los seres, en la evolución de su organización y en su adaptación, Darwin reconoce los siguientes principios:
1. Una población de organismos tiene un potencial reproductivo tal que si se expresara en la realidad la población se incrementaría mediante tasas geométricas.
2. Durante periodos geológicos cortos el número de individuos de una población permanece más o menos constante.
3. Solo una parte de los nacidos sobrevive hasta reproducirse.
4. Las condiciones ambientales de muchos organismos van cambiando a través del tiempo.
5. Los individuos de una misma población presentan variaciones en sus caracteres, parte de esta variación es heredable.
6. Las actividades vitales determinan qué rasgos son favorables para la supervivencia y la reproducción.
7. Los individuos con caracteres favorables producirán en promedio más descendientes que los que presentan rasgos menos favorables.
Antecedentes hegelianos y neohegelianos del materialismo dialéctico de Karl Marx.
El punto de partida del pensamiento de Marx le fue sumistrado por las cuestiones filosóficas ligadas a la herencia hegeliana así como la ruptura de esta herencia.
La obra de Hegel se caracteriza por una fuerte tendencia a lo concreto y una decidida afirmación del poder, el pensamiento y la razón frente a la nebulosa del sentimiento y la intuición intelectual. Para Hegel la filosofía es el saber absoluto.
El sistema científico no es pensado como un simple conjunto de proposiciones deductivas, sino que es el que unifica y supera las doctrinas anteriores, siendo el método dialéctico. Este método no es ni deductivo ni empírico, sino que aquí la verdad se opone al error y viceversa: el error aparece como un momento evolutivo de la verdad, la cual conserva y quiere superar el error. En este sentido, la verdad no es un estado fijo sino una realidad dinámica, un proceso histórico.
La doctrina de Hegel encierra dos cuestiones difíciles de conciliar, por una parte el hegelianismo era inexorablemente antiutópico. La dialéctica de Hegel era un método de comprensión de la historia pasada que no pretendía proyectarse hacia el futuro. Por otra parte, la apología hegeliana de la razón podía tomarse como el postulado de un mundo razonable.
En la primera interpretación el sistema hegeliano tendía a la aceptación contemplativa del proceso histórico como algo natural e inevitable. En la interpretación opuesta, fomentaba un espíritu de desconfianza y crítica, exigiendo la confrontación de cualquier mundo existente con los imperativos de la razón, e incluía ciertos estándares que facultaban a la humanidad a juzgar y criticar la realidad y exigir su reforma.
El joven hegelianismo fue la expresión filosófica de la oposición republicana y democrático burguesa que criticaba el orden feudal del estado prusiano y volvía sus ojos esperanzados hacia Francia. No obstante, la crisis del sistema hegeliano en Alemania surgió más ligada a la crítica de la cuestión religiosa que al debate social o político. Es en este sentido que dentro de las producciones de los jóvenes hegelianos cobra importancia la producción de Feuerbach.
La religión es una autodicotomía del hombre, su razón, sus sentimientos y la transferencia de sus cualidad intelectuales y afectivas en un ser divino imaginario que afirma su propia independencia y empieza a tiranizar sobre su creador. La alienación religiosa no es un error, sino un empobrecimiento del hombre, pues despoja a éste de sus mejores facultades y cualidades, atribuyéndolas a la divinidad. “El hombre afirma en Dios lo que niega en sí mismo”.
Por otra parte, la religión paraliza la capacidad del hombre para vivir en armonía con sus semejantes, pues desvía la energía del amor hacia la divinidad y proyecta la compañía real del hombre a un cielo imaginario. Destruye los sentimientos solidarios y de amor mutuo fomentando el egoísmo, desprecia todos los valores de la vida terrenal y hace imposible la igualdad y la armonía social.
Los posteriores escritos de Feuerbach muestran una creciente desavenencia con el hegelianismo. Rechaza la teoría de que el sujeto y el objeto se condicionan mutuamente, declarando que nuestra aprehensión de las cosas es principalmente sensorial y pasiva y solo secundariamente activa y conceptual, también señala que la imaginación religiosa deriva del sentimiento de dependencia del hombre con la naturaleza y afirma que el egoísmo es un rasgo natural e inevitable, afirmando que la fuente de la imaginación religiosa era la ignorancia general y la incapacidad del hombre para interpretar correctamente su propia situación en la naturaleza, la religión es una satisfacción sustitutiva de las necesidades humanas que no pueden ser satisfechas de otra manera.
Este autor consideró a la religión como la raíz de todo mal social, creyó que una vez que fuera suprimida la mistificación religiosa, desaparecerían las fuentes de la desigualdad social, la explotación, el egoísmo y la esclavitud. Por ello pensó que la formación pública, al terminar con los prejuicios religiosos, erradicaría al mismo tiempo la servidumbre social.
Para Marx en particular, la filosofía de Feuerbach no fue solo un punto de repulsión, sino también uno de los principales estímulos que le permitieron rechazar las categorías hegelianas de su propio pensamiento. Adoptó la crítica del hegelianismo como filosofía “que ponía el predicado en el lugar del sujeto” y dio a las creaciones humanas más prioridad que al propio hombre.
Max Weber: presentación del autor.
A partir de mediados del siglo XIX, la sociedad política europea enfrenta el problema de la democratización. Como consecuencia se desarrollan cambios en todas las formas de organización social y particularmente en las prácticas políticas.
Las preocupaciones desplegadas por Weber en buena parte de su sociología están teñidas por el florecimiento democrático: legitimidad, libertad, clases, procesos de burocratización, y la oposición desde una perspectiva liberal a los fundamentos filosóficos del materialismo dialéctico.
Podemos afirmar que Marx y Weber coinciden en una común voluntad de realizar un trabajo intelectual con el fin de dignificar la existencia humana en las sociedades industriales; el marco en el que llevó a cabo sus cuestionamientos Weber fue el Estado Social alemán promovido por los llamados Socialistas de Cátedra.
El análisis weberiano es un análisis multicausal en el que se introduce el peso de las representaciones individuales en los cambios: los cambios en las necesidades psicológicas de los hombre son casi mayores que las transformaciones de las condiciones materiales, y sería científicamente inaceptable ignorarlos.
Entre los principales aportes de Weber se encuentra el haber reconocido y descrito la importancia extraordinaria de los factores intelectuales y psicológicos en la vida económica. El problema de objetivar los vínculos entre el capitalismo y subjetividad estaba en el centro de sus preocupaciones.
El eje central del trabajo de Weber, relacionado con la cuestión social, es el estudio de las características específicas del capitalismo europeo occidental, su lógica y sus efectos en el modo de ser de los humanos.
Weber pertenece a una generación de pensadores que tuvieron la vivencia de un “mundo intacto” en la Europa burguesa de antes de la Primera Guerra Mundial. Fue un representante del liberalismo europeo en el umbral de su decadencia. Buscó las vías y posibilidades de traducir los ideales liberales en una realidad social post-burguesa condicionada por el desarrollo del capitalismo y de la democracia de masas.
Weber estaba fascinado por la violencia con la que el capitalismo había destruido sin miramientos todos los órdenes sociales tradicionales, sustituyéndolos por sistemas racionales de intersección que, por una parte desencadenaron inmensas fuerzas económicas y por otra produjeron estructuras burocráticas que le parecieron ser los heraldos de una nueva servidumbre futura.
Las influencias predominantes en los trabajos de Max Weber provienen de diversas fuentes; la hermenéutica diltheyana, el neokantismo de la escuela de Baden, e incluso en los últimos años de su producción, la filosofía nietzscheana. A la vez, la sociología weberiana se erige en disputa con otras corrientes y disciplinas: con el positivismo francés e inglés; obviamente con las vertientes neohegelianas y por tanto, con el marismo; con la Economía Política liberal inglesa y con la Escuela Austríaca de Economía Histórica.