Gastón Bachelard (1884-1962) fue un filósofo y crítico francés. Autor inclasificable, estuvo interesado por la historia de la ciencia, moderna o contemporánea, y al mismo tiempo por la imaginación literaria.
Francia s. XX comienzan a surgir movimientos filosóficos en contraposición al positivismo, debido a que se creía que era erróneo, negativo, que detiene el conocimiento y que debía ser eliminado.
Así, se inaugura la Epistemología Histórica Francesa en la que se reconoce como a su fundador a Gastón Bachelard, y a su vez este movimiento se caracterizó por ser antipositivista, antievolucionista y discontinuista. Sus miembros tienen poco en común, pero poseen la exigencia de una doble formación, tanto filosófica, como científica.
Este tipo de epistemología tiene su punto de partida en la actualidad de las ciencias, considerada como el único criterio legítimo de la evaluación histórica que permite distinguir entre lo pasado y lo presente, es decir que se está en un constante “ida y vuelta” en ese aspecto.
Como se mencionó antes, esta corriente se caracteriza por ser antipositivista y antievolucionista; de este modo, se plantean dos fuertes críticas ante los supuestos fundamentales de la teoría positivista.
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Otras críticas que realiza al positivismo son:
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Bachelard propone “La filosofía del No”, con el objetivo de renunciar a la ambición de encontrar un punto de vista único y fijo para juzgar el conjunto vasto y cambiante de las ciencias.
Le dice NO a:
a) Jurisdicción de la filosofía sobre las ciencias: en tanto que las ciencias producen sus pautas de constitución, funcionamiento y validación, creando y ordenando la filosofía.
b) Filosofías de Principios Absolutos: refiriéndose a las reglas generales y comienzos absolutos que fundan utopías filosóficas, las cuales son desmentidas por la complejidad, diversidad y discontinuidad histórica de las ciencias y se encuentran en estado permanente de pre-comienzo.
c) A los Discursos del Método: que pretenden describir un modo de funcionamiento definitivo de la razón; Bachelard dice que no hay modo, ni método ya que estos son función del dominio experimental y por ende cuando se cambia de dominio, se cambia de método. Sostiene que el DM forma parte de un estado espontaneo del espíritu científico y propone aceptar la relatividad de los métodos lo q permitiría marcar la importancia del movimiento dialectico.
d) Las Lógicas de las Ciencias: la lógica es un pensamiento de cualquiera que estudia cualquier cosa sin importar dónde ni cuándo. La cultura científica permite inventariar su diversidad, de allí lo de “epistemología diversificada”.
e) Teoría Tradicional del Conocimiento: se piensa a éste como el encuentro entre sujeto-objeto, y según se ponga el acento en uno u otro, se afirma el imperialismo del sujeto sobre el objeto (idealismo, racionalismo) o del objeto sobre el sujeto (realismo, empirismo).
“La formación del Espíritu científico” (1938)
El sentido general de la obra es mostrar los distintos obstáculos epistemológicos que impiden el progreso científico, y además proponer una solución para superarlos mediante un psicoanálisis del conocimiento objetivo: los obstáculos epistemológicos se superan con ayuda del psicoanálisis porque constituyen adhesiones afectivas inconcientes que operan como impedimento para el avance de la ciencia.
Así planteadas las cosas, la historia de la ciencia resulta ser una historia de la superación de obstáculos epistemológicos. Bachelard empieza distinguiendo tres etapas en la historia del pensamiento científico: precientífico, científico y nuevo espíritu científico. A nivel individual, el espíritu científico pasa asimismo por estos tres estados: concreto, concreto-abstracto y abstracto. A cada una de estas actitudes corresponde una base afectiva o estado del alma: alma pueril, alma profesoral, y alma en trance de abstraer y quintaesenciar. Los obstáculos epistemológicos son confusiones o entorpecimientos que se dan en el acto mismo de conocer y que actúan como causa de inercia impidiendo el desarrollo del conocimiento.
La tarea del epistemólogo consiste en “subrayar ante todos los conocimientos de una época, las ideas fecundas”. Para esto, Bachelard propone un psicoanálisis de la razón. Permite detectar el lugar que ocupan las imágenes y las metáforas en el discurso científico y psicopedagógico de una época que impiden la abstracción. Se trata de ciertas cuestiones subjetivas que se filtran en lo que aparenta ser un pensamiento objetivo. (Ver “El Psicoanálisis del fuego”) Esta propuesta debe ser entendida a modo de terapia racional del pensamiento objetivo y a las trampas que la vida psíquica tiende sobre él.
Estos factores subjetivos, de alguna manera, van “trabando” el progresar de las ciencias. Provocan confusiones o entorpecimientos que llevan al autor a plantear el problema en términos de obstáculos, más precisamente obstáculos epistemológicos. No tiene que ver con impedimentos externos (la complejidad del fenómeno, por ejemplo) sino con el acto mismo de conocer, con la relación existente entre sujeto cognoscente y el fenómeno cognoscible. El conocimiento de la realidad nunca se da de forma plena, inmediata (metáfora: luz que siempre proyecta una sombra). Conocer es posible en contra de un conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal adquiridos y superando estos obstáculos para el desarrollo científico.
A medida que vayamos viendo obstrucciones particulares y dificultades definidas, vamos aclarando el sentido de los obstáculos epistemológicos:
Observación Básica: SIEMPRE es un obstáculo para la cultura científica. No es más que un derroche de imágenes, meramente descriptivo. Debe abandonarse el empirismo inmediato. Al principio es necesario que adopte un primer sistema (falso, pero útil para desprender al pensamiento de la experiencia). Luego el espíritu se constituye en sistema, y vuelve a la experiencia pero con otra visión y otros interrogantes más elaborados y acordes para hacer posible el conocimiento.
La opinión: primer obstáculo a superar. La ciencia se le opone en absoluto, puesto que nada puede fundarse sobre ella. Tampoco podemos opinar sobre lo que no podemos formular claramente. Es necesario saber plantear los problemas (y no vienen solos!). Nada está dado, espontáneo. Todo se construye. Esto es verdadero espíritu científico. Los obstáculos se meten en los conocimientos no formulados. (Ej: costumbres útiles que a la larga pueden trabar la investigación. Con el uso las ideas se valorizan indebidamente. Ver en el texto: Instintos predominantes)
Unidad de la ciencia: es un ideal que ya no se persigue. El espíritu científico no tiene problema en variar las condiciones (dejar de observar lo mismo por lo otro). Dinamiza la razón y siempre se inclina a la búsqueda de precisión, rectificación, diversificación. A pesar de que se obtengan cada vez menos certezas, el progreso es inmanente al descarte de concepciones erradas y mayor acercamiento a la verdad.
Obstáculos epistemológicos del desarrollo científico a través de la historia y la educación: el historiador que reconstruye el pasado científico recoge los hechos, pero es tarea del epistemólogo juzgarlos desde el punto de vista de la razón, lo que ubica a los hechos en su lugar exacto. (eje experiencia-razon. riesgo – éxito). Si un hecho no es bien interpretado, para el historiador sigue siendo un hecho. En cambio para el epistemólogo constituye un verdadero obstáculo epistemológico.
En la educación: obstáculo psicopedagógico. Ídem. Los profesores de ciencias no “comprenden que el alumno no comprenda”. Pocos reflexionan sobre el error, irreflexión e ignorancia. Los alumnos acarrean conocimientos empíricos ya constituidos que los maestros no tienen en cuenta, creen que pueden enseñar (particularmente) las ciencias a modo de lección punto por punto. La cuestión no es adquirir una cultura cultura experimental, sino CAMBIARLA, derribar estos obstáculos acumulados para que el aprendizaje científico sea efectivo. (ej: Principio de arquímedes: los alumnos atribuyen propiedades al corcho que flota y dificilmente puedan admitir que el agua también tiene propiedades que lo hacen flotar)
Por esto, entre otras cosas, es necesario este psicoanálisis de los errores iniciales. De ahí que toda cultura científica deba comenzar por una catarsis intelectual y afectiva. Y ponerla luego en movimiento, pasar de un saber estático y cerrado a un saber dinámico y abierto, dialectizar. Esto es darle el pie para que la razón evolucione. Otros obstáculos que podemos mencionar tienen que ver con el conocimiento general, el obstáculo verbal, el conocimiento unitario y pragmático, el sustancialismo, el realismo y el animismo.
Puede hablarse de una ley psicológica de la bipolaridad de los errores porque los obstáculos epistemológicos se presentan siempre de a pares. Así, por ejemplo, de una generalización excesiva pasamos a una particularización extrema en un afán por superar el primer error y ver el hecho desde otro punto de vista. También cuando pasamos de la experiencia básica a la pura especulación, del animismo al mecanismo, etc.
El progreso científico es posible porque el espíritu científico triunfó sobre los obstáculos epistemológicos, rectificando sus errores. Bachelard piensa que psicológicamente no hay verdad, sino error rectificado, y entonces una psicología de la actitud objetiva es una historia de nuestros errores personales. La marcha científica hacia el objeto, no es inicialmente objetiva, por lo que hay que aceptar una verdadera ruptura entre el conocimiento sensible y el conocimiento científico. Sin embargo, el conocimiento objetivo no está nunca terminado: nuevos objetos aportan nuevos temas de análisis y obligan a ir de lo sensible a lo objetivo y viceversa, en un flujo y reflujo incesante. De hecho la historia del conocimiento científico es una alternativa que se renueva constantemente entre el empirismo y el racionalismo (la experiencia y la razón).
Bibliografía:
Díaz de Kóbila, Capelletti A., Lección X "Doce Lecciones de Epistemología"
Cappelleti, A y otros, lectura XIII "Lecturas en Epistemología"
Bacheard, G., "La Formación del Espíritu Científico"
Autor: Ana Paula Verbauvede
Francia s. XX comienzan a surgir movimientos filosóficos en contraposición al positivismo, debido a que se creía que era erróneo, negativo, que detiene el conocimiento y que debía ser eliminado.
Así, se inaugura la Epistemología Histórica Francesa en la que se reconoce como a su fundador a Gastón Bachelard, y a su vez este movimiento se caracterizó por ser antipositivista, antievolucionista y discontinuista. Sus miembros tienen poco en común, pero poseen la exigencia de una doble formación, tanto filosófica, como científica.
Este tipo de epistemología tiene su punto de partida en la actualidad de las ciencias, considerada como el único criterio legítimo de la evaluación histórica que permite distinguir entre lo pasado y lo presente, es decir que se está en un constante “ida y vuelta” en ese aspecto.
Como se mencionó antes, esta corriente se caracteriza por ser antipositivista y antievolucionista; de este modo, se plantean dos fuertes críticas ante los supuestos fundamentales de la teoría positivista.
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Otras críticas que realiza al positivismo son:
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Bachelard propone “La filosofía del No”, con el objetivo de renunciar a la ambición de encontrar un punto de vista único y fijo para juzgar el conjunto vasto y cambiante de las ciencias.
Le dice NO a:
a) Jurisdicción de la filosofía sobre las ciencias: en tanto que las ciencias producen sus pautas de constitución, funcionamiento y validación, creando y ordenando la filosofía.
b) Filosofías de Principios Absolutos: refiriéndose a las reglas generales y comienzos absolutos que fundan utopías filosóficas, las cuales son desmentidas por la complejidad, diversidad y discontinuidad histórica de las ciencias y se encuentran en estado permanente de pre-comienzo.
c) A los Discursos del Método: que pretenden describir un modo de funcionamiento definitivo de la razón; Bachelard dice que no hay modo, ni método ya que estos son función del dominio experimental y por ende cuando se cambia de dominio, se cambia de método. Sostiene que el DM forma parte de un estado espontaneo del espíritu científico y propone aceptar la relatividad de los métodos lo q permitiría marcar la importancia del movimiento dialectico.
d) Las Lógicas de las Ciencias: la lógica es un pensamiento de cualquiera que estudia cualquier cosa sin importar dónde ni cuándo. La cultura científica permite inventariar su diversidad, de allí lo de “epistemología diversificada”.
e) Teoría Tradicional del Conocimiento: se piensa a éste como el encuentro entre sujeto-objeto, y según se ponga el acento en uno u otro, se afirma el imperialismo del sujeto sobre el objeto (idealismo, racionalismo) o del objeto sobre el sujeto (realismo, empirismo).
“La formación del Espíritu científico” (1938)
El sentido general de la obra es mostrar los distintos obstáculos epistemológicos que impiden el progreso científico, y además proponer una solución para superarlos mediante un psicoanálisis del conocimiento objetivo: los obstáculos epistemológicos se superan con ayuda del psicoanálisis porque constituyen adhesiones afectivas inconcientes que operan como impedimento para el avance de la ciencia.
Así planteadas las cosas, la historia de la ciencia resulta ser una historia de la superación de obstáculos epistemológicos. Bachelard empieza distinguiendo tres etapas en la historia del pensamiento científico: precientífico, científico y nuevo espíritu científico. A nivel individual, el espíritu científico pasa asimismo por estos tres estados: concreto, concreto-abstracto y abstracto. A cada una de estas actitudes corresponde una base afectiva o estado del alma: alma pueril, alma profesoral, y alma en trance de abstraer y quintaesenciar. Los obstáculos epistemológicos son confusiones o entorpecimientos que se dan en el acto mismo de conocer y que actúan como causa de inercia impidiendo el desarrollo del conocimiento.
La tarea del epistemólogo consiste en “subrayar ante todos los conocimientos de una época, las ideas fecundas”. Para esto, Bachelard propone un psicoanálisis de la razón. Permite detectar el lugar que ocupan las imágenes y las metáforas en el discurso científico y psicopedagógico de una época que impiden la abstracción. Se trata de ciertas cuestiones subjetivas que se filtran en lo que aparenta ser un pensamiento objetivo. (Ver “El Psicoanálisis del fuego”) Esta propuesta debe ser entendida a modo de terapia racional del pensamiento objetivo y a las trampas que la vida psíquica tiende sobre él.
Estos factores subjetivos, de alguna manera, van “trabando” el progresar de las ciencias. Provocan confusiones o entorpecimientos que llevan al autor a plantear el problema en términos de obstáculos, más precisamente obstáculos epistemológicos. No tiene que ver con impedimentos externos (la complejidad del fenómeno, por ejemplo) sino con el acto mismo de conocer, con la relación existente entre sujeto cognoscente y el fenómeno cognoscible. El conocimiento de la realidad nunca se da de forma plena, inmediata (metáfora: luz que siempre proyecta una sombra). Conocer es posible en contra de un conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal adquiridos y superando estos obstáculos para el desarrollo científico.
A medida que vayamos viendo obstrucciones particulares y dificultades definidas, vamos aclarando el sentido de los obstáculos epistemológicos:
Observación Básica: SIEMPRE es un obstáculo para la cultura científica. No es más que un derroche de imágenes, meramente descriptivo. Debe abandonarse el empirismo inmediato. Al principio es necesario que adopte un primer sistema (falso, pero útil para desprender al pensamiento de la experiencia). Luego el espíritu se constituye en sistema, y vuelve a la experiencia pero con otra visión y otros interrogantes más elaborados y acordes para hacer posible el conocimiento.
La opinión: primer obstáculo a superar. La ciencia se le opone en absoluto, puesto que nada puede fundarse sobre ella. Tampoco podemos opinar sobre lo que no podemos formular claramente. Es necesario saber plantear los problemas (y no vienen solos!). Nada está dado, espontáneo. Todo se construye. Esto es verdadero espíritu científico. Los obstáculos se meten en los conocimientos no formulados. (Ej: costumbres útiles que a la larga pueden trabar la investigación. Con el uso las ideas se valorizan indebidamente. Ver en el texto: Instintos predominantes)
Unidad de la ciencia: es un ideal que ya no se persigue. El espíritu científico no tiene problema en variar las condiciones (dejar de observar lo mismo por lo otro). Dinamiza la razón y siempre se inclina a la búsqueda de precisión, rectificación, diversificación. A pesar de que se obtengan cada vez menos certezas, el progreso es inmanente al descarte de concepciones erradas y mayor acercamiento a la verdad.
Obstáculos epistemológicos del desarrollo científico a través de la historia y la educación: el historiador que reconstruye el pasado científico recoge los hechos, pero es tarea del epistemólogo juzgarlos desde el punto de vista de la razón, lo que ubica a los hechos en su lugar exacto. (eje experiencia-razon. riesgo – éxito). Si un hecho no es bien interpretado, para el historiador sigue siendo un hecho. En cambio para el epistemólogo constituye un verdadero obstáculo epistemológico.
En la educación: obstáculo psicopedagógico. Ídem. Los profesores de ciencias no “comprenden que el alumno no comprenda”. Pocos reflexionan sobre el error, irreflexión e ignorancia. Los alumnos acarrean conocimientos empíricos ya constituidos que los maestros no tienen en cuenta, creen que pueden enseñar (particularmente) las ciencias a modo de lección punto por punto. La cuestión no es adquirir una cultura cultura experimental, sino CAMBIARLA, derribar estos obstáculos acumulados para que el aprendizaje científico sea efectivo. (ej: Principio de arquímedes: los alumnos atribuyen propiedades al corcho que flota y dificilmente puedan admitir que el agua también tiene propiedades que lo hacen flotar)
Por esto, entre otras cosas, es necesario este psicoanálisis de los errores iniciales. De ahí que toda cultura científica deba comenzar por una catarsis intelectual y afectiva. Y ponerla luego en movimiento, pasar de un saber estático y cerrado a un saber dinámico y abierto, dialectizar. Esto es darle el pie para que la razón evolucione. Otros obstáculos que podemos mencionar tienen que ver con el conocimiento general, el obstáculo verbal, el conocimiento unitario y pragmático, el sustancialismo, el realismo y el animismo.
Puede hablarse de una ley psicológica de la bipolaridad de los errores porque los obstáculos epistemológicos se presentan siempre de a pares. Así, por ejemplo, de una generalización excesiva pasamos a una particularización extrema en un afán por superar el primer error y ver el hecho desde otro punto de vista. También cuando pasamos de la experiencia básica a la pura especulación, del animismo al mecanismo, etc.
El progreso científico es posible porque el espíritu científico triunfó sobre los obstáculos epistemológicos, rectificando sus errores. Bachelard piensa que psicológicamente no hay verdad, sino error rectificado, y entonces una psicología de la actitud objetiva es una historia de nuestros errores personales. La marcha científica hacia el objeto, no es inicialmente objetiva, por lo que hay que aceptar una verdadera ruptura entre el conocimiento sensible y el conocimiento científico. Sin embargo, el conocimiento objetivo no está nunca terminado: nuevos objetos aportan nuevos temas de análisis y obligan a ir de lo sensible a lo objetivo y viceversa, en un flujo y reflujo incesante. De hecho la historia del conocimiento científico es una alternativa que se renueva constantemente entre el empirismo y el racionalismo (la experiencia y la razón).
Bibliografía:
Díaz de Kóbila, Capelletti A., Lección X "Doce Lecciones de Epistemología"
Cappelleti, A y otros, lectura XIII "Lecturas en Epistemología"
Bacheard, G., "La Formación del Espíritu Científico"
Autor: Ana Paula Verbauvede