Notas sobre el concepto de lo inconsciente en psicoanálisis
Llamaremos conciente a la representación que está presente en nuestra conciencia y de la que nosotros nos percatamos; en cambio, a las representaciones latentes habremos de denotarlas con el término inconsciente.
Nosotros no nos percatamos de su existencia pero a pesar de eso estamos dispuestos a admitir su existencia sobre la base de otros indicios y pruebas. El experimento de la sugestión post-hipnótica nos enseña a insistir en la importancia de la diferencia entre conciente e inconciente. Concepción descriptiva.
De la concepción puramente descriptiva pasamos a una dinámica. Del análisis de fenómenos neuróticos aprendemos que un pensamiento inconsciente no es débil. Hay ciertos pensamientos latentes que no penetran en la conciencia por mas fuerte que sean, a estos los llamaremos inconciente; y preconcientes serian los pensamientos latentes que con esfuerzo pueden llegar a la conciencia. Entonces la definición de inconciente cambia, ahora adquiere un sentido mas amplio; designaría pensamientos que a pesar de su fuerza se mantendrían alejados de la conciencia.
Se puede hallar un preconciente eficiente que sin ningún problema llega a la conciencia, y un inconciente eficiente que permanece inconciente, la única manera de que estos pensamientos se hagan concientes es con mucho esfuerzo. Si lo intentamos nosotros mismos posiblemente recibamos sentimientos de repulsión (defensa); y si lo provocamos en un paciente recibiremos resistencia de su parte. El pensamiento inconciente no puede irrumpir en la conciencia porque se produce una contraposición de fuerzas.
Todo acto psíquico tiene una base inconciente y puede permanecer así o moverse a la vida conciente. Que un pensamiento sea conciente o inconciente depende de el juego de defensa que haya de por medio.
Como tercera concepción encontramos la sistemática o tópica, allí se le llama inconciente al sistema de procesos singulares que lo componen.
Fuente: EPEC.
Autor del resumen: Bruno Bozzini Funari.
Llamaremos conciente a la representación que está presente en nuestra conciencia y de la que nosotros nos percatamos; en cambio, a las representaciones latentes habremos de denotarlas con el término inconsciente.
Nosotros no nos percatamos de su existencia pero a pesar de eso estamos dispuestos a admitir su existencia sobre la base de otros indicios y pruebas. El experimento de la sugestión post-hipnótica nos enseña a insistir en la importancia de la diferencia entre conciente e inconciente. Concepción descriptiva.
De la concepción puramente descriptiva pasamos a una dinámica. Del análisis de fenómenos neuróticos aprendemos que un pensamiento inconsciente no es débil. Hay ciertos pensamientos latentes que no penetran en la conciencia por mas fuerte que sean, a estos los llamaremos inconciente; y preconcientes serian los pensamientos latentes que con esfuerzo pueden llegar a la conciencia. Entonces la definición de inconciente cambia, ahora adquiere un sentido mas amplio; designaría pensamientos que a pesar de su fuerza se mantendrían alejados de la conciencia.
Se puede hallar un preconciente eficiente que sin ningún problema llega a la conciencia, y un inconciente eficiente que permanece inconciente, la única manera de que estos pensamientos se hagan concientes es con mucho esfuerzo. Si lo intentamos nosotros mismos posiblemente recibamos sentimientos de repulsión (defensa); y si lo provocamos en un paciente recibiremos resistencia de su parte. El pensamiento inconciente no puede irrumpir en la conciencia porque se produce una contraposición de fuerzas.
Todo acto psíquico tiene una base inconciente y puede permanecer así o moverse a la vida conciente. Que un pensamiento sea conciente o inconciente depende de el juego de defensa que haya de por medio.
Como tercera concepción encontramos la sistemática o tópica, allí se le llama inconciente al sistema de procesos singulares que lo componen.
Fuente: EPEC.
Autor del resumen: Bruno Bozzini Funari.