TEXTOS:
Chatelet, F.; Historia de la filosofía Cap 1 y 5
Vernan, Jean Pierre; Los orígenes del pensamiento griego, prólogo y entrevista.
Castoriadis, Cornelius; Antropogenia y Autocreación.
Castoriadis, Cornelius; Las significaciones imaginarias.
Castoriadis, Cornelius; Lo que hace a Grecia. (Texto acercado por Ana Rebecchini, cátedra de Viernes de 12 a 14 hs.)
Castoriadis, Cornelius; Antropología. (Texto acercado por Ana Rebecchini, cátedra de Viernes de 12 a 14 hs.)
Castoriadis, Cornelius; Pasión y conocimiento. (Texto acercado por Ana Rebecchini, cátedra de Viernes de 12 a 14 hs.)
Mueller, F.; Historia de la Psicología, cap: I, II, IV, V, VI, VII, XI Y XII
Aristóteles; De Ánima, cap: I, II ,III, IV, V, VI, VII, VIII.
Rebecchini, Ana; Tratado del alma de Aristóteles. (Aclaratorios, ofrecidos a la comisión)
Rebecchini, Ana; Teoría del conocimiento de Aristóteles (Aclaratorios, ofrecidos a la comisión)
Rebecchini, Ana; El conocimiento de Aristóteles. (Aclaratorios, ofrecidos a la comisión)
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Chatelet, F.; Historia de la filosofía Cap 1 y 5
• Del mito al pensamiento racional.
Es incuestionable que la concepción griega del hombre y del mundo se secularizó o laicizó progresivamente, y el universo del os dioses se esfumó paulatinamente frente a las acciones de los hombres. En la época clásica – siglo V – el hombre aparece como ciudadano-guerrero, que habla y lucha, aparece como parte integrante de su destino. La tragedia, de fundamentalmente religiosa, se convierte en ceremonia cívica; la comedia pasa del juego bufonesco a la crítica política; otros géneros se refuerzan, mientras que otros nacen: una medicina que en adelante recurre más a la investigación de las causas de la enfermedad que a los recursos ambiguos de la adivinación; al igual que la física o el arte de la palabra, que se convierte en el medio de que dispone todo ciudadano para hacer valer sus opiniones e intereses; como la filosofía, que deja de ser declaración exaltante y misteriosa para reivindicar su derecho a definir en todos los campos la jurisdicción suprema.
El lugar donde se opera esta mutación es la ciudad, especialmente en Asia Menor. La conquista política del estatuto cívico constituye una primera etapa. La instauración de la democracia, es el segundo momento. En ella se administra un pensamiento nuevo que rechaza el interés excesivo por los dioses y, por ende, registra el interés exclusivo por los hombres.
¿Dónde está el origen?, ¿dónde está la ruptura entre el mito y el pensamiento racional? Situémonos en la filosofía de Platón. En ella se impone un estilo nuevo de raciocinio; se define como un orden que pronto se designará como lógica; se determina una política original. Es evidente la novedad: ya no es la fuerza aparente de los hábitos o el poder seudorreal de los que llevan “el garrote”, el que se impone, sino el orden de la palabra controlada. Sin embargo, el filósofo sigue siendo un sabio.
Todo ocurre como si la filosofía, al mismo tiempo que logra delimitar cada vez mejor la originalidad de su campo discursivo, reiterase, integrándolas, actitudes muy antiguas. Por eso conviene no sólo rechazar a imagen de una evolución lineal, sino también matizar los esquemas de continuidad o discontinuidad. La filosofía platónica rechaza la filosofía tradicional, fundada esencialmente en la enseñanza de los poetas y en la religiosidad confusa que aquélla transmite; porque requiere un adiestramiento científico y recurre a los matemáticos y a la lógica, pues aspira a organizarse no en torno a representaciones ambiguas, sino a nociones precisas. Pero al mismo tiempo se opone a otra “modernidad”, la de los sofistas, los cuales también rechazan la tradición en nombre de otros principios tal vez más radicales. A Platón no le interesa el hombre en sociedad, sino lo divino en el hombre. A sus ojos la democracia en sus diversas formas está en decadencia.
En suma, la filosofía es griega; es hija de la ciudad; de la ciudad democrática. La democracia ateniense es un problema, no una escencia.
Vernan, Jean Pierre; Los orígenes del pensamiento griego, prólogo y entrevista.
• Prólogo.
El origen del pensamiento griego se encuadra en un marco de mutaciones intelectuales que habían tenido lugar entre el siglo CII a.C. en el momento en que desaparecen los reinos micénicos, y el siglo V, momento en el que se sitúa el punto álgido de una ciudad como Atenas. Setecientos años separan a los siglos XII y VIII bautizados como “los siglos oscuros”.
La evolución que, de la realiza micénica a la ciudad democrática, marcó el ocaso del mito y el advenimiento de conocimientos racionales nos obliga a preguntarnos cuál es el origen del pensamiento racional en Occidente y cómo nació el mundo griego.
En primer lugar, se constituye una esfera de pensamiento exterior y extraña a la religión. Los físicos de Jonia dan de la génesis del cosmos y de los fenómenos naturales explicaciones de carácter profano, de espíritu plenamente positivo. Ignoran deliberadamente las Potencias divinas.
En segundo lugar, surgió la idea de un orden cósmico que ya no descansaba sobre el poder de un dios soberano, sino sobre una ley inmanente al universo, una regla de reparto (nomos) que impone a todos los elementos que constituyen la naturaleza un orden igualitario.
Finalmente, este pensamiento tiene un carácter profundamente geométrico. Concibe y proyecta el mundo físico en un marco espacial que ya no se define por sus cualidades religiosas, sino que está hecho de relaciones recíprocas, simétricas y reversibles.
¿A qué están vinculadas estas innovaciones? ¿Por qué se produjeron en el mundo griego? El advenimiento de la ciudad no sólo marca una serie de transformaciones económicas y políticas: implica un cambio de mentalidad y la elaboración de un nuevo espacio social, centrado en el ágora, la plaza pública.
La secularización, la racionalización, la geometrización del pensamiento, al igual que el desarrollo de un espíritu de invención y crítica, se efectuaron a través de la praxis social en el mismo momento en que se expresaban, entre los físicos de la escuela de Mileto, en una teoría del a naturaleza. La primera Sofía intentó definir los fundamentos de un nuevo orden humano que sustituiría el poder absoluto del monarca: cada ciudadano, semejante a todos los demás, obedeciendo y mandando por turno, deberá sucesivamente, siguiendo el orden del tiempo, ocupar y ceder todas las posiciones simétricas que componen el espacio cívico. Esta es la imagen del cosmos social, regulado por la isonomía.
Es así como el destino del pensamiento griego se ha jugado entre dos términos: el mito y la razón. Los griegos no habían inventado la Razón, como categoría única y universal, sino una razón, aquélla de la que el lenguaje es el instrumento y que permite actuar sobre los hombres, no transformar la naturaleza, una razón política en el sentido en que Aristóteles define el hombre como animal político.
La palabra mito no viene de los griegos. Mythos quiere decir “palabra”, “narración”. Es en el marco de la exposición filosófica o la investigación histórica que, a partir del siglo V, mythos, puesto en oposición a logos, podrá cargarse de un matris peyorativo. Pero incluso en este caso mythos, descalificado desde el punto de vista de lo verdadero en su contraste con el logos, no se aplica a una categoría precisa de narraciones sagradas relativas a los héroes o los dioses. El mythos se presenta en el contexto griego no como una forma particular de pensamiento sino como el conjunto que vehicula y difunde al azar de los contactos, los encuentros, las conversaciones, ese poder sin rostro, anónimo, siempre evasivo que Platón llama Pheme, el Rumor.
• Entrevista
• Amor, democracia, filosofía. Los griegos inventaron todo…
Hace 25 siglos los griegos pensaban que no se podía dominar el mundo.
¿Cómo es posible que, en cierto momento, hayan surgido formas de pensamiento nuevas a la vez en el plano social -lo que se conoce como la invención de lo político-, y en el plano de la reflexión teórica, es decir, con la invención de la filosofía?
¿Cuál es la relación entre el antes y el después de los cortes producidos a lo largo de la historia? ¿No hay, acaso, continuidades y repeticiones debajo de esos cortes?¿A qué conclusión llegó?
- En Los orígenes del pensamiento griego, un libro que publiqué hace más de 30 años, observé las condiciones generales que acompañaron el surgimiento de una primera forma de pensamiento que podríamos llamar racional en el siglo VI a.C., en las colonias griegas del Asia Menor, en particular en Mileto. Hombres como Tales, Anaxímenes o Anaximandro son los físicos, que inauguran una forma de pensar. ¿Por qué? Porque antes estaban los poetas, los cantores que representan la memoria social de una civilización que aún no tenía escritura. Es decir que hasta allí todo era oral, y aquellos depositarios del saber común cantaban relatos dramáticos que buscaban explicar por qué el mundo es como es, por qué existen el día y la noche, por qué hay montañas y mares, y hay mujeres al lado de los hombres.
Mostraban cómo, a través de genealogías de dioses y combates entre divinidades, el mundo se pone en orden y los hombres encuentran su lugar. En el siglo VI a.C. se plantea el mismo problema: ¿de dónde viene el mundo?, ¿cómo se hicieron las cosas? Pero ya no se habla de grandes dioses. Ahora se trata de cosas abstractas, de nuevos conceptos. Se habla de cualidades que uno constata -lo que es caliente, lo que es frío, lo que es húmedo, lo seco-. Es cuando se produce el cambio de un canto poético mítico a una escritura en prosa, que es de un tipo argumental y analítico.
¿Qué le ha pasado a la conciencia para que ocurra algo así?
-Algo muy importante: en el mismo siglo VI a.C. constatamos otro cambio decisivo, que es la fundación de la ciudad, la polis. En casi todas las sociedades hay hasta ese momento un orden jerárquico que en la cima tiene un soberano. Los griegos son indoeuropeos, pertenecen a un mundo que tiene guerreros, pastores y soberanos. Los soberanos se encuentran por encima y afuera de la sociedad. La dominan porque ellos están en relación con lo divino y, en consecuencia, sus decisiones son casi religiosas. Esa ha sido la forma que existió hacia el siglo XIV a.C. entre los que precedieron a los griegos y en la época clásica, de los llamados micénicos. Por eso es más sorprendente la idea del poder que aparece en el siglo VI a.C.
¿El origen del poder ya no viene de la divinidad?
-Claro, aparece la idea de que en toda comunidad hay que hacer las cosas de tal manera que el cratos, o sea el poder de dominación, no pueda estar en manos de nadie. Y la forma que emplean los griegos es que esa violencia soberana debe estar depositada en el centro. O sea que ven a la comunidad como un círculo en el que todos están a igual distancia de un centro común, donde está el poder. Y respecto de ese centro, todos los ciudadanos son iguales. Y, por turnos, ocupan las magistraturas civiles o las funciones judiciales. El poder es común y no singular. No es patrimonio exclusivo de un rey. Es público y no es secreto. Ese es el cambio sorprendente que la historia les debe a aquellos filósofos.
¿Cómo funcionaba, entonces, la vida política?
-Todas las decisiones debían ser tomadas al término de un debate, que era público. De modo que el instrumento del poder -común y público- no es la relación especial de un soberano con la divinidad que lo inspira, sino que hay que razonar sobre las cosas comunes. O sea, discusión argumentada, contradicción, objeción y demostración. La vida política se desacraliza, es un debate entre particulares el que va a resolver las cosas. Es un plan de la vida intelectual. Hay una oposición entre lo que es común y público, y las posiciones particulares. En las casas y las familias, el padre es amo y señor, pero en la comunidad humana no hay otro amo que la ley, o sea, la regla que se acordó en común.Las palabras y el mundo.
¿Qué sucedió? ¿La política contaminó las ideas de los filósofos o éstos contaminaron la política?
-Yo no lo llamaría contaminar. Diría que los dos movimientos se produjeron juntos. Todo empezó cuando, a partir de la hostilidad hacia una dominación real que se siente como esclavitud, se establece un debate público y se mira los problemas en forma de debate retórico. La palabra se convierte, de alguna forma, en la encarnación del poder y el prestigio. Y, a partir de ese momento, también habrá quienes utilicen la palabra para explicar, ya no el mundo político, sino el mundo a secas. Las relaciones entre uno y otro plano llegan a ser tan estrechas que, por ejemplo Anaximandro, ante la pregunta de por qué la Tierra es estable o por qué flota sobre el agua -que antes se atribuía a la esencia divina-, sostiene: la Tierra no cae porque está en el centro del Cosmos y, como está en el centro, es como el poder.
¿O sea que hay un modelo de explicación que se aplica a todo?
-Hasta tal punto es así que Anaximandro dice que la Tierra no cae porque no está dominada, no está bajo el cratos de ninguna cosa salvo de ella misma.
¿Hoy seguimos pensando como aquellos modernos griegos?
-No. La razón contemporánea se fabricó a través de un extraordinario desarrollo técnico. Es una razón experimental, se aplica al mundo físico y trata de matematizarlo. Se esfuerza por comprender el Universo uniendo principios de pensamiento y de experimentación. Los griegos no tenían una razón experimental, sino una de tipo retórica. La razón era el discurso que, por otra parte, no tenía como fin dominar el mundo. Más aún, pensaban que es imposible dominarlo. Incluso pensaban que ni siquiera es posible comprenderlo en forma cabal.
Entonces, ¿todo conocimiento es precario?
-Tomo la expresión de Koyré, un gran epistemólogo: el de la Antigua Grecia es un mundo del más o menos. No existía para ellos un mundo preciso, matematizable. Las cosas simplemente ocurren. Tomemos un alfarero. Pone sus vasijas en el horno. Pero no tiene termómetro, no puede controlar en forma exacta el calor. Es el olfato, el oficio, el que le permite saber cuándo la vasija está cocida o no. Y para los griegos, todo el mundo sublunar, el de la Tierra, es así. Las únicas medidas exactas corresponden al mundo celestial: solamente las estrellas y los planetas vienen regularmente, y por eso puede haber una ciencia. Por eso había una astronomía, pero no había una física.
¿Para que sirve la razón si es tan imprecisa?
-No para comprender cómo funciona el mundo natural, sino para actuar sobre otros hombres, para comprender cómo funciona el mundo humano y poder persuadir a los hombres. La razón de los griegos es hija de la ciudad, de la polis.
Usted trabajó el concepto de la metis, o sea de la inteligencia astuta de los griegos. ¿Cómo lo explica?
-Precisamente, en ese mundo que no tiene una física experimental y científica, los hombres deben arreglárselas para vivir. Aunque no tengan certezas, deben, por ejemplo, construir barcos que logren navegar. En el mar, no tienen servicio meteorológico que les anticipe si viene una tormenta. Entonces, hicieron lugar, al lado de aquella inteligencia racional, a otra forma de la mente que expresa el término griego metis : es el espíritu de astucia, de ingeniosidad. El héroe de la metis es Odiseo o Ulises, que muestra la capacidad de salir al paso mediante trucos y picardías. La metis permite a lo más débil vencer a lo más fuerte.
¿Cómo encontrábamos esa inteligencia en la vida cotidiana?
-Una parte de la vida cotidiana estaba marcada por rituales y fiestas, pero toda otra parte es una cultura de la competición y la rivalidad. Todos son iguales en tanto ciudadanos, pero, sobre ese fondo, la cuestión era mostrarse como el mejor. Allí se escondía el viejo ideal aristocrático que la democracia rechazaba.
¿Ser el mejor dónde?
-En el estadio, en el campo de batalla, en la Asamblea. También en la vida corriente. Hay una institución de la vida cotidiana llamada el banquete. Un personaje rico invita amigos a su casa. La gente no se sentaba, se recostaba sobre lechos y el banquete era una forma de hospitalidad y de adquirir prestigio y, a la vez, era una diversión. Había mujeres tocando la flauta, chicas que bailaban, saltimbanquis, muchachas haciendo acrobacias. Era una ocasión para beber en común, lo que para los griegos era hablar. Hay un jefe de banquete que fue elegido y que pone el tema del día. Dice: Hablemos del amor. Todo se enlaza: la hospitalidad, la amenidad, el espectáculo, la alegría, la embriaguez y la habilidad retórica y la inteligencia.
Usted habló de Ulises. ¿Con él y su mujer Penélope aparece por primera vez la idea del amor entre marido y mujer?
-Podría decirse así. ¿Por qué? Recordemos que pasa el tiempo y se demora su regreso a Itaca. Penélope lo espera tejiendo y destejiendo. Cincuenta hombres la cortejan tratando de convencerla de que su marido no regresará. Pero ella no necesita un marido. Busca, como dice en el texto, al Ulises de su juventud. De modo que ya aparece la idea de que el amor conyugal no es simplemente una institución: son dos seres singulares que tienen entre ellos una afinidad particular. Por primera vez en la literatura occidental aparece en boca de Ulises la idea de la comunidad de corazones entre el esposo y la esposa.
¿Cómo le resulta que 25 siglos más tarde de ese gran momento del pensamiento y la democracia en muchos lugares, las personas no viven como ciudadanos plenos y se someten a dictadores y fanáticos religiosos?
-Lo milagroso, teniendo en cuenta que los hombres son lo que son, es que, pese a las dictaduras, la violencia y el fanatismo religioso o nacionalista, pese al odio de lo que no es uno mismo y a la necesidad de despreciar a los otros para creer que uno es alguien, pese a todo eso todavía hay hombres para los cuales la igualdad, la democracia y el respeto por el otro son cosas fundamentales.
Chatelet, F.; Historia de la filosofía Cap 1 y 5
Vernan, Jean Pierre; Los orígenes del pensamiento griego, prólogo y entrevista.
Castoriadis, Cornelius; Antropogenia y Autocreación.
Castoriadis, Cornelius; Las significaciones imaginarias.
Castoriadis, Cornelius; Lo que hace a Grecia. (Texto acercado por Ana Rebecchini, cátedra de Viernes de 12 a 14 hs.)
Castoriadis, Cornelius; Antropología. (Texto acercado por Ana Rebecchini, cátedra de Viernes de 12 a 14 hs.)
Castoriadis, Cornelius; Pasión y conocimiento. (Texto acercado por Ana Rebecchini, cátedra de Viernes de 12 a 14 hs.)
Mueller, F.; Historia de la Psicología, cap: I, II, IV, V, VI, VII, XI Y XII
Aristóteles; De Ánima, cap: I, II ,III, IV, V, VI, VII, VIII.
Rebecchini, Ana; Tratado del alma de Aristóteles. (Aclaratorios, ofrecidos a la comisión)
Rebecchini, Ana; Teoría del conocimiento de Aristóteles (Aclaratorios, ofrecidos a la comisión)
Rebecchini, Ana; El conocimiento de Aristóteles. (Aclaratorios, ofrecidos a la comisión)
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Chatelet, F.; Historia de la filosofía Cap 1 y 5
• Del mito al pensamiento racional.
Es incuestionable que la concepción griega del hombre y del mundo se secularizó o laicizó progresivamente, y el universo del os dioses se esfumó paulatinamente frente a las acciones de los hombres. En la época clásica – siglo V – el hombre aparece como ciudadano-guerrero, que habla y lucha, aparece como parte integrante de su destino. La tragedia, de fundamentalmente religiosa, se convierte en ceremonia cívica; la comedia pasa del juego bufonesco a la crítica política; otros géneros se refuerzan, mientras que otros nacen: una medicina que en adelante recurre más a la investigación de las causas de la enfermedad que a los recursos ambiguos de la adivinación; al igual que la física o el arte de la palabra, que se convierte en el medio de que dispone todo ciudadano para hacer valer sus opiniones e intereses; como la filosofía, que deja de ser declaración exaltante y misteriosa para reivindicar su derecho a definir en todos los campos la jurisdicción suprema.
El lugar donde se opera esta mutación es la ciudad, especialmente en Asia Menor. La conquista política del estatuto cívico constituye una primera etapa. La instauración de la democracia, es el segundo momento. En ella se administra un pensamiento nuevo que rechaza el interés excesivo por los dioses y, por ende, registra el interés exclusivo por los hombres.
¿Dónde está el origen?, ¿dónde está la ruptura entre el mito y el pensamiento racional? Situémonos en la filosofía de Platón. En ella se impone un estilo nuevo de raciocinio; se define como un orden que pronto se designará como lógica; se determina una política original. Es evidente la novedad: ya no es la fuerza aparente de los hábitos o el poder seudorreal de los que llevan “el garrote”, el que se impone, sino el orden de la palabra controlada. Sin embargo, el filósofo sigue siendo un sabio.
Todo ocurre como si la filosofía, al mismo tiempo que logra delimitar cada vez mejor la originalidad de su campo discursivo, reiterase, integrándolas, actitudes muy antiguas. Por eso conviene no sólo rechazar a imagen de una evolución lineal, sino también matizar los esquemas de continuidad o discontinuidad. La filosofía platónica rechaza la filosofía tradicional, fundada esencialmente en la enseñanza de los poetas y en la religiosidad confusa que aquélla transmite; porque requiere un adiestramiento científico y recurre a los matemáticos y a la lógica, pues aspira a organizarse no en torno a representaciones ambiguas, sino a nociones precisas. Pero al mismo tiempo se opone a otra “modernidad”, la de los sofistas, los cuales también rechazan la tradición en nombre de otros principios tal vez más radicales. A Platón no le interesa el hombre en sociedad, sino lo divino en el hombre. A sus ojos la democracia en sus diversas formas está en decadencia.
En suma, la filosofía es griega; es hija de la ciudad; de la ciudad democrática. La democracia ateniense es un problema, no una escencia.
Vernan, Jean Pierre; Los orígenes del pensamiento griego, prólogo y entrevista.
• Prólogo.
El origen del pensamiento griego se encuadra en un marco de mutaciones intelectuales que habían tenido lugar entre el siglo CII a.C. en el momento en que desaparecen los reinos micénicos, y el siglo V, momento en el que se sitúa el punto álgido de una ciudad como Atenas. Setecientos años separan a los siglos XII y VIII bautizados como “los siglos oscuros”.
La evolución que, de la realiza micénica a la ciudad democrática, marcó el ocaso del mito y el advenimiento de conocimientos racionales nos obliga a preguntarnos cuál es el origen del pensamiento racional en Occidente y cómo nació el mundo griego.
En primer lugar, se constituye una esfera de pensamiento exterior y extraña a la religión. Los físicos de Jonia dan de la génesis del cosmos y de los fenómenos naturales explicaciones de carácter profano, de espíritu plenamente positivo. Ignoran deliberadamente las Potencias divinas.
En segundo lugar, surgió la idea de un orden cósmico que ya no descansaba sobre el poder de un dios soberano, sino sobre una ley inmanente al universo, una regla de reparto (nomos) que impone a todos los elementos que constituyen la naturaleza un orden igualitario.
Finalmente, este pensamiento tiene un carácter profundamente geométrico. Concibe y proyecta el mundo físico en un marco espacial que ya no se define por sus cualidades religiosas, sino que está hecho de relaciones recíprocas, simétricas y reversibles.
¿A qué están vinculadas estas innovaciones? ¿Por qué se produjeron en el mundo griego? El advenimiento de la ciudad no sólo marca una serie de transformaciones económicas y políticas: implica un cambio de mentalidad y la elaboración de un nuevo espacio social, centrado en el ágora, la plaza pública.
La secularización, la racionalización, la geometrización del pensamiento, al igual que el desarrollo de un espíritu de invención y crítica, se efectuaron a través de la praxis social en el mismo momento en que se expresaban, entre los físicos de la escuela de Mileto, en una teoría del a naturaleza. La primera Sofía intentó definir los fundamentos de un nuevo orden humano que sustituiría el poder absoluto del monarca: cada ciudadano, semejante a todos los demás, obedeciendo y mandando por turno, deberá sucesivamente, siguiendo el orden del tiempo, ocupar y ceder todas las posiciones simétricas que componen el espacio cívico. Esta es la imagen del cosmos social, regulado por la isonomía.
Es así como el destino del pensamiento griego se ha jugado entre dos términos: el mito y la razón. Los griegos no habían inventado la Razón, como categoría única y universal, sino una razón, aquélla de la que el lenguaje es el instrumento y que permite actuar sobre los hombres, no transformar la naturaleza, una razón política en el sentido en que Aristóteles define el hombre como animal político.
La palabra mito no viene de los griegos. Mythos quiere decir “palabra”, “narración”. Es en el marco de la exposición filosófica o la investigación histórica que, a partir del siglo V, mythos, puesto en oposición a logos, podrá cargarse de un matris peyorativo. Pero incluso en este caso mythos, descalificado desde el punto de vista de lo verdadero en su contraste con el logos, no se aplica a una categoría precisa de narraciones sagradas relativas a los héroes o los dioses. El mythos se presenta en el contexto griego no como una forma particular de pensamiento sino como el conjunto que vehicula y difunde al azar de los contactos, los encuentros, las conversaciones, ese poder sin rostro, anónimo, siempre evasivo que Platón llama Pheme, el Rumor.
• Entrevista
• Amor, democracia, filosofía. Los griegos inventaron todo…
Hace 25 siglos los griegos pensaban que no se podía dominar el mundo.
¿Cómo es posible que, en cierto momento, hayan surgido formas de pensamiento nuevas a la vez en el plano social -lo que se conoce como la invención de lo político-, y en el plano de la reflexión teórica, es decir, con la invención de la filosofía?
¿Cuál es la relación entre el antes y el después de los cortes producidos a lo largo de la historia? ¿No hay, acaso, continuidades y repeticiones debajo de esos cortes?¿A qué conclusión llegó?
- En Los orígenes del pensamiento griego, un libro que publiqué hace más de 30 años, observé las condiciones generales que acompañaron el surgimiento de una primera forma de pensamiento que podríamos llamar racional en el siglo VI a.C., en las colonias griegas del Asia Menor, en particular en Mileto. Hombres como Tales, Anaxímenes o Anaximandro son los físicos, que inauguran una forma de pensar. ¿Por qué? Porque antes estaban los poetas, los cantores que representan la memoria social de una civilización que aún no tenía escritura. Es decir que hasta allí todo era oral, y aquellos depositarios del saber común cantaban relatos dramáticos que buscaban explicar por qué el mundo es como es, por qué existen el día y la noche, por qué hay montañas y mares, y hay mujeres al lado de los hombres.
Mostraban cómo, a través de genealogías de dioses y combates entre divinidades, el mundo se pone en orden y los hombres encuentran su lugar. En el siglo VI a.C. se plantea el mismo problema: ¿de dónde viene el mundo?, ¿cómo se hicieron las cosas? Pero ya no se habla de grandes dioses. Ahora se trata de cosas abstractas, de nuevos conceptos. Se habla de cualidades que uno constata -lo que es caliente, lo que es frío, lo que es húmedo, lo seco-. Es cuando se produce el cambio de un canto poético mítico a una escritura en prosa, que es de un tipo argumental y analítico.
¿Qué le ha pasado a la conciencia para que ocurra algo así?
-Algo muy importante: en el mismo siglo VI a.C. constatamos otro cambio decisivo, que es la fundación de la ciudad, la polis. En casi todas las sociedades hay hasta ese momento un orden jerárquico que en la cima tiene un soberano. Los griegos son indoeuropeos, pertenecen a un mundo que tiene guerreros, pastores y soberanos. Los soberanos se encuentran por encima y afuera de la sociedad. La dominan porque ellos están en relación con lo divino y, en consecuencia, sus decisiones son casi religiosas. Esa ha sido la forma que existió hacia el siglo XIV a.C. entre los que precedieron a los griegos y en la época clásica, de los llamados micénicos. Por eso es más sorprendente la idea del poder que aparece en el siglo VI a.C.
¿El origen del poder ya no viene de la divinidad?
-Claro, aparece la idea de que en toda comunidad hay que hacer las cosas de tal manera que el cratos, o sea el poder de dominación, no pueda estar en manos de nadie. Y la forma que emplean los griegos es que esa violencia soberana debe estar depositada en el centro. O sea que ven a la comunidad como un círculo en el que todos están a igual distancia de un centro común, donde está el poder. Y respecto de ese centro, todos los ciudadanos son iguales. Y, por turnos, ocupan las magistraturas civiles o las funciones judiciales. El poder es común y no singular. No es patrimonio exclusivo de un rey. Es público y no es secreto. Ese es el cambio sorprendente que la historia les debe a aquellos filósofos.
¿Cómo funcionaba, entonces, la vida política?
-Todas las decisiones debían ser tomadas al término de un debate, que era público. De modo que el instrumento del poder -común y público- no es la relación especial de un soberano con la divinidad que lo inspira, sino que hay que razonar sobre las cosas comunes. O sea, discusión argumentada, contradicción, objeción y demostración. La vida política se desacraliza, es un debate entre particulares el que va a resolver las cosas. Es un plan de la vida intelectual. Hay una oposición entre lo que es común y público, y las posiciones particulares. En las casas y las familias, el padre es amo y señor, pero en la comunidad humana no hay otro amo que la ley, o sea, la regla que se acordó en común.Las palabras y el mundo.
¿Qué sucedió? ¿La política contaminó las ideas de los filósofos o éstos contaminaron la política?
-Yo no lo llamaría contaminar. Diría que los dos movimientos se produjeron juntos. Todo empezó cuando, a partir de la hostilidad hacia una dominación real que se siente como esclavitud, se establece un debate público y se mira los problemas en forma de debate retórico. La palabra se convierte, de alguna forma, en la encarnación del poder y el prestigio. Y, a partir de ese momento, también habrá quienes utilicen la palabra para explicar, ya no el mundo político, sino el mundo a secas. Las relaciones entre uno y otro plano llegan a ser tan estrechas que, por ejemplo Anaximandro, ante la pregunta de por qué la Tierra es estable o por qué flota sobre el agua -que antes se atribuía a la esencia divina-, sostiene: la Tierra no cae porque está en el centro del Cosmos y, como está en el centro, es como el poder.
¿O sea que hay un modelo de explicación que se aplica a todo?
-Hasta tal punto es así que Anaximandro dice que la Tierra no cae porque no está dominada, no está bajo el cratos de ninguna cosa salvo de ella misma.
¿Hoy seguimos pensando como aquellos modernos griegos?
-No. La razón contemporánea se fabricó a través de un extraordinario desarrollo técnico. Es una razón experimental, se aplica al mundo físico y trata de matematizarlo. Se esfuerza por comprender el Universo uniendo principios de pensamiento y de experimentación. Los griegos no tenían una razón experimental, sino una de tipo retórica. La razón era el discurso que, por otra parte, no tenía como fin dominar el mundo. Más aún, pensaban que es imposible dominarlo. Incluso pensaban que ni siquiera es posible comprenderlo en forma cabal.
Entonces, ¿todo conocimiento es precario?
-Tomo la expresión de Koyré, un gran epistemólogo: el de la Antigua Grecia es un mundo del más o menos. No existía para ellos un mundo preciso, matematizable. Las cosas simplemente ocurren. Tomemos un alfarero. Pone sus vasijas en el horno. Pero no tiene termómetro, no puede controlar en forma exacta el calor. Es el olfato, el oficio, el que le permite saber cuándo la vasija está cocida o no. Y para los griegos, todo el mundo sublunar, el de la Tierra, es así. Las únicas medidas exactas corresponden al mundo celestial: solamente las estrellas y los planetas vienen regularmente, y por eso puede haber una ciencia. Por eso había una astronomía, pero no había una física.
¿Para que sirve la razón si es tan imprecisa?
-No para comprender cómo funciona el mundo natural, sino para actuar sobre otros hombres, para comprender cómo funciona el mundo humano y poder persuadir a los hombres. La razón de los griegos es hija de la ciudad, de la polis.
Usted trabajó el concepto de la metis, o sea de la inteligencia astuta de los griegos. ¿Cómo lo explica?
-Precisamente, en ese mundo que no tiene una física experimental y científica, los hombres deben arreglárselas para vivir. Aunque no tengan certezas, deben, por ejemplo, construir barcos que logren navegar. En el mar, no tienen servicio meteorológico que les anticipe si viene una tormenta. Entonces, hicieron lugar, al lado de aquella inteligencia racional, a otra forma de la mente que expresa el término griego metis : es el espíritu de astucia, de ingeniosidad. El héroe de la metis es Odiseo o Ulises, que muestra la capacidad de salir al paso mediante trucos y picardías. La metis permite a lo más débil vencer a lo más fuerte.
¿Cómo encontrábamos esa inteligencia en la vida cotidiana?
-Una parte de la vida cotidiana estaba marcada por rituales y fiestas, pero toda otra parte es una cultura de la competición y la rivalidad. Todos son iguales en tanto ciudadanos, pero, sobre ese fondo, la cuestión era mostrarse como el mejor. Allí se escondía el viejo ideal aristocrático que la democracia rechazaba.
¿Ser el mejor dónde?
-En el estadio, en el campo de batalla, en la Asamblea. También en la vida corriente. Hay una institución de la vida cotidiana llamada el banquete. Un personaje rico invita amigos a su casa. La gente no se sentaba, se recostaba sobre lechos y el banquete era una forma de hospitalidad y de adquirir prestigio y, a la vez, era una diversión. Había mujeres tocando la flauta, chicas que bailaban, saltimbanquis, muchachas haciendo acrobacias. Era una ocasión para beber en común, lo que para los griegos era hablar. Hay un jefe de banquete que fue elegido y que pone el tema del día. Dice: Hablemos del amor. Todo se enlaza: la hospitalidad, la amenidad, el espectáculo, la alegría, la embriaguez y la habilidad retórica y la inteligencia.
Usted habló de Ulises. ¿Con él y su mujer Penélope aparece por primera vez la idea del amor entre marido y mujer?
-Podría decirse así. ¿Por qué? Recordemos que pasa el tiempo y se demora su regreso a Itaca. Penélope lo espera tejiendo y destejiendo. Cincuenta hombres la cortejan tratando de convencerla de que su marido no regresará. Pero ella no necesita un marido. Busca, como dice en el texto, al Ulises de su juventud. De modo que ya aparece la idea de que el amor conyugal no es simplemente una institución: son dos seres singulares que tienen entre ellos una afinidad particular. Por primera vez en la literatura occidental aparece en boca de Ulises la idea de la comunidad de corazones entre el esposo y la esposa.
¿Cómo le resulta que 25 siglos más tarde de ese gran momento del pensamiento y la democracia en muchos lugares, las personas no viven como ciudadanos plenos y se someten a dictadores y fanáticos religiosos?
-Lo milagroso, teniendo en cuenta que los hombres son lo que son, es que, pese a las dictaduras, la violencia y el fanatismo religioso o nacionalista, pese al odio de lo que no es uno mismo y a la necesidad de despreciar a los otros para creer que uno es alguien, pese a todo eso todavía hay hombres para los cuales la igualdad, la democracia y el respeto por el otro son cosas fundamentales.
Última edición por Brunn. el Mar Jul 05, 2011 10:11 pm, editado 1 vez